Página 270 - En los Lugares Celestiales (1968)

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Armados para el conflicto, 9 de septiembre
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Efesios 6:13
.
Hay muchos que no comprenden el conflicto que se lleva a cabo
entre Cristo y Satanás por las almas de los hombres. No advierten que si
quieren permanecer bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emanuel,
deben estar dispuestos a ser partícipes de sus conflictos y sostener una
guerra resuelta contra los poderes de las tinieblas.
Pensando en el conflicto, Pablo escribe a sus hermanos de Efeso
exhortándolos a “ser fuertes”, no débiles, no vacilantes, llevados y traídos
como las olas del mar. Pero, ¿en qué debían fortalecerse? ¿En su propio
poder? No. “Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”. Dice
Pablo: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar
firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de
Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo,
estar firmes”.
Vers. 10-13
.
La obtención de la vida eterna siempre será una lucha, un conflicto.
Debemos pelear continuamente la buena batalla de la fe. Somos soldados
de Cristo y los que se alistan en su ejército deben esperar hacer una obra
difícil que exigirá sus energías hasta lo sumo. Debemos comprender que
la vida de un soldado es de lucha agresiva, de perseverancia y paciencia.
Por causa de Cristo hemos de soportar pruebas.
Las victorias no se ganan por ceremonias u ostentación, sino por
la sencilla obediencia al General supremo, al Señor Dios de los cielos.
Quien confía en ese Guía nunca conocerá la derrota. La obediencia a
Dios es libertad de la servidumbre del pecado.—
The Review and Herald,
17 de diciembre de 1908
.
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