No dispensados del sufrimiento, 18 de septiembre
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en
afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque
cuando soy débil, entonces soy fuerte.
2 Corintios 12:10
.
El cristianismo no promete exención del dolor. “Es necesario que a
través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”.
Hechos
14:22
. Se necesita fe, una fe confiada y vigorosa que crea que Dios
no conducirá a sus hijos a ninguna tentación mayor que la que pueden
soportar. Lo que una fe tal tiene poder para hacer lo dice Pablo en su
carta a los Hebreos...
“Por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas,
taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de
espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pu-
sieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos
mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el
rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vitu-
perios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados,
aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá
para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados,
maltratados”.
Hebreos 11:33-37
.
En este mundo, esos héroes de la fe fueron considerados indignos
de la vida; pero en el cielo están registrados como hijos de Dios, dignos
del más alto honor. “Andarán conmigo en vestiduras blancas”, declara
Cristo, “porque son dignos”.
Apocalipsis 3:4
. En las cortes celestiales
les espera un “eterno peso de gloria”.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande
nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia,
y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”.
Hebreos 12:1, 2
.—
The
Review and Herald, 7 de marzo de 1912
.
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