La elección celestial, 23 de enero
Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra
vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
2 Pedro 1:10
.
Esta es la única elección de la cual habla la Biblia. Caídos en el peca-
do, podemos llegar a ser participantes de la naturaleza divina y alcanzar
un conocimiento muy superior a cualquier conocimiento científico. Par-
ticipando de la carne y sangre de nuestro Señor crucificado, ganaremos
vida eterna.
Nadie necesita perder la vida eterna. Todo el que elige diariamente
aprender del Maestro celestial hará segura su vocación y elección. Hu-
millemos nuestro corazón delante de Dios y continuemos conociendo a
Aquel cuyo conocimiento correcto es vida eterna.
“Procurad hacer
firme
vuestra vocación y elección; porque haciendo
estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada
amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo”.
2 Pedro 1:10, 11
.
Aquí está vuestro certificado de seguro de vida. Esta no es una póliza
de seguro cuyo valor algún otro puede recibir después de vuestra muerte;
es una póliza que te asegura a
ti
una
vida
que se mide con la vida de
Dios: vida eterna. ¡Qué seguridad! ¡Qué esperanza! Revelemos siempre
al mundo que estamos buscando una patria mejor, celestial. El cielo
ha sido hecho para nosotros, y queremos una parte en él. No podemos
permitir que nada nos separe de Dios y del cielo. En esta vida debemos
ser participantes de la naturaleza divina. Hermanos y hermanas, tenéis
sólo una vida que vivir. Sea una vida de virtud, y oculta con Cristo en
Dios.
En unidad, hemos de ayudarnos mutuamente a ganar la perfección
de carácter. Con este propósito, hemos de cesar en toda crítica. Adelante
y siempre adelante podemos avanzar hacia la perfección, hasta que al
fin nos sea suministrada una entrada abundante al reino celestial.—
The
Review and Herald, 26 de mayo de 1904
.
[32]
26