Página 315 - En los Lugares Celestiales (1968)

Basic HTML Version

Las demandas previas de Dios, 22 de octubre
Y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han
traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te
da el poder para hacer las riquezas.
Deuteronomio 8:17, 18
.
Los que aman a Dios por sobre todo, se dan cuenta que son ricos
más allá de todo cálculo en las riquezas que Dios les da... El hombre
no posee nada a lo que tenga exclusivo derecho. No es dueño ni aun de
sí mismo; porque ha sido comprado con un precio: la sangre del Hijo
de Dios. Cristo tiene un derecho sobre toda posesión de este mundo. Él
puede poner en marcha una serie de circunstancias que arrasen con la
ganancia acumulada durante años...
Es Dios quien da al hombre el aliento de vida. Nosotros no pode-
mos crearlo. Sólo podemos tomar lo que Dios ha creado. Él es nuestro
guardián, nuestro consejero; y más que eso, por su generosa provisión,
poseemos toda habilidad, el tacto y la capacidad que tenemos... Todo lo
que poseéis es don suyo, pues no teníais nada con que crearlo o adquirir-
lo. Se os ha dado, no para que llegue a ser una cuña que os separe de él,
sino para ayudaros en realizar su servicio.
En el momento en que el hombre pierde de vista el hecho de que sus
capacidades y posesiones son del Señor, en ese momento está defraudan-
do las posesiones del Señor. Está actuando como un administrador infiel,
haciendo que el Señor transfiera sus dones a manos más fieles. Dios
demanda a los que él ha confiado sus dones que los administren fielmen-
te, para demostrar al mundo que están trabajando por la salvación de
los pecadores. Demanda a los que profesan estar bajo su dirección, que
no desvirtúen su carácter... Diariamente él nos colma con beneficios...
Llevando la corona de su favor real, glorifiquémoslo, compartiendo con
otros la abundancia con que nos ha colmado.—
Manuscrito 63, 1901
.
[305]
311