Página 334 - En los Lugares Celestiales (1968)

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Todo hombre nuestro prójimo, 9 de noviembre
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me
fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el Evangelio de
las inescrutables riquezas de Cristo.
Efesios 3:8
.
En los corazones de la mayoría de los hombres existe poco respeto
hacia la verdad y la justicia. La incredulidad en Dios y en su Palabra se
manifiesta por doquiera... Mientras prevalecen tales condiciones en el
mundo, no hemos de encerrarnos en nuestros hogares, y pensar que todo
lo que se requiere de nosotros es un asentimiento a la verdad. Cristo se
dio a sí mismo como sacrificio por los pecados del mundo... Si poseéis las
riquezas de la gracia de Cristo en vuestro corazón, no os aferraréis a ellas
mientras la salvación de las almas dependa del conocimiento del camino
de la salvación que podéis proporcionar. Quizá estas almas no vengan
a vosotros y os confíen los anhelos de su corazón, pero muchas están
hambrientas, insatisfechas; y Cristo murió para que pudieran poseer las
riquezas de su gracia. ¿Qué haréis para que esas almas puedan compartir
las bendiciones que disfrutáis?—
The Review and Herald, 6 de enero de
1910
.
¿Estáis buscando relacionaros con los que necesitan vuestra ayuda?
¿Estáis usando vuestras oportunidades y ventajas y medios en la ganancia
de almas para Cristo? Podéis decir: No soy ministro y por lo tanto
no puedo predicar la verdad. Tal vez no seáis ministro en el sentido
comúnmente aceptado de la palabra. Tal vez nunca seáis llamados al
púlpito. No obstante podéis ser un ministro de Cristo. Si estuviereis
atentos a las oportunidades que se os presentan para hablar una palabra
a esta alma y a aquélla, Dios hablaría por vuestro intermedio para ganar
corazones para él (
Ibid
.).
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