Página 364 - En los Lugares Celestiales (1968)

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Nuestra segura defensa, 7 de diciembre
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te
guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo
entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Apocalipsis
3:10
.
Como nunca Satanás está ahora intensamente ocupado en jugar el
juego de la vida por las almas; y a menos que estemos permanentemente
en guardia, introducirá en nuestro corazón orgullo, amor al yo, amor al
mundo y muchos otros malos rasgos. Empleará también todo recurso
posible para desarraigar nuestra fe en Dios y en las verdades de su
Palabra. Si no tenemos una experiencia profunda en las cosas de Dios, si
no poseemos un conocimiento cabal de su Palabra, seremos engañados
para nuestra ruina por los errores y sofisterías del enemigo. Las doctrinas
falsas minarán los cimientos de los hombres, porque no han aprendido a
discernir la verdad del error. Nuestra única salvaguardia contra las tretas
de Satanás consiste en estudiar con diligencia las Escrituras, en tener una
comprensión inteligente de las razones de nuestra fe y en cumplir con
fidelidad todo deber conocido. La complacencia de un pecado conocido
provocará debilidad y tinieblas, y nos someterá a violentas tentaciones...
¿Ascienden nuestras súplicas a Dios con una fe viva? ¿Abrimos la
puerta del corazón a Jesús y cerramos todos los conductos de entrada
a Satanás? ¿Obtenemos diariamente una luz más clara y una mayor
fortaleza a fin de poder permanecer en la justicia de Cristo? ¿Vaciamos
nuestro corazón de todo egoísmo y lo purificamos, preparándolo para
recibir la lluvia tardía del cielo? ...
¿Cuál es la defensa del pueblo de Dios en este tiempo?—Una relación
viviente con el Cielo. Si deseamos habitar seguros de la pestilencia
malsana, si deseamos ser preservados de peligros visibles e invisibles,
debemos ocultarnos en Dios; debemos asegurarnos el cuidado protector
de Jesús y los santos ángeles.—
The Review and Herald, 19 de noviembre
de 1908
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