Cuidado con los engaños satánicos, 8 de diciembre
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas
sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Colosenses 2:8
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Necesitamos una firme confianza en Dios si deseamos ser guardados
del poder de los elementos satánicos. Si nos mantenemos unidos a las
enseñanzas de la Palabra, las verdades de esa Palabra serán nuestra
salvaguardia, manteniéndonos a salvo de los errores de estos últimos
días. Necesitamos la verdad. Necesitamos creer en ella. Sus principios
se adaptan a todas las circunstancias de la vida. Preparan al alma para
el deber, y la fortalecen para la prueba. Ostentan la marca de su divino
Autor. Ejercen una influencia protectora sobre todos los que son puestos
en contacto con ellos.
La terquedad natural del corazón humano resiste la luz de la verdad.
La orgullosa estima de su opinión conduce a la independencia de juicio
y a la adhesión a las ideas y a la filosofía humanas. Algunos se hallan en
constante peligro de abandonar la fe por un deseo de originalidad. Desean
hallar alguna verdad nueva y extraña para presentar, tener un nuevo
mensaje que dar al pueblo; pero tal deseo es una trampa del enemigo
para cautivar la mente y apartarla de la verdad... El Señor desearía que
los que comprenden las razones de su fe descansen en su confianza
que aquello por lo cual han sido convencidos es la verdad, y que no se
vuelvan de la fe por la presentación de sofisterías humanas... En estos
últimos días necesitamos una fe grande y creciente. Necesitamos ser
arraigados en la fe por un conocimiento y una sabiduría que no provenga
de ninguna fuente humana, sino que se halla sólo en las riquezas de la
sabiduría de Dios. Los que han aceptado la verdad del mensaje del tercer
ángel se han de mantener firmes por la fe; y ésta los retendrá para que
no sean llevados a las supersticiones y teorías que los separarían entre sí
y de Dios.—
The Review and Herald, 19 de agosto de 1909
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