¿Vida o muerte? 20 de diciembre
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 6:23
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La evidencia más amplia concedida por Dios de que desea la salva-
ción de todos, será la condenación de los que rechacen el don del Cielo.
En el último gran día cuando todos sean recompensados o castigados de
acuerdo con su obediencia o desobediencia, la cruz del Calvario aparece-
rá claramente ante los que se hallen frente al Juez de toda la tierra para
recibir la sentencia eterna. Se los capacitó para que comprendieran algo
del amor que Dios ha expresado por los seres humanos caídos. Ven cuán
grandemente ha sido deshonrado por los que continuaron en la transgre-
sión, escogiendo ponerse junto a Satanás y manifestando menosprecio
por la ley de Jehová...
Hoy se envía a los ángeles para que ministren a los que serán he-
rederos de la salvación, para que les ayuden a escapar de la esclavitud
del poder de Satanás... A todo ser humano se le da libertad de elección.
Debe decidir si permanecerá bajo la bandera negra de la rebelión, o bajo
el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel. Con gran afán el
Cielo observa el conflicto entre el bien y el mal. Nadie sino el obediente
puede entrar por las puertas de la ciudad de Dios. Sobre los que prefieren
continuar en la transgresión se pronunciará al fin la sentencia de muerte.
La tierra será purificada de sus malas obras, de su oposición obstinada a
Dios...
La ley de Dios es el trasunto de su carácter y únicamente los que la
obedezcan serán aceptos por él. Toda desviación de la obediencia a la ley
de Dios es rebelión. Es del mayor provecho para el hombre el obedecer
la ley de Dios; porque la conformación a los principios de esta ley es
esencial para la formación de un carácter justo. Las reglas de vida que el
Señor ha dado harán a los hombres puros, felices y santos.—
The Review
and Herald, 15 de marzo de 1906
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