Página 378 - En los Lugares Celestiales (1968)

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¡Demasiado tarde! 21 de diciembre
Entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis
vuestros corazones, como en la provocación.
Hebreos 3:15
.
Oh, quién podrá describiros los lamentos que se levantarán cuando
en el límite que divide el tiempo y la eternidad el Juez justo alce su voz
y diga: “Es demasiado tarde”. Largo tiempo han permanecido abiertas
las amplias puertas del cielo y los mensajeros celestes han invitado y
suplicado: “Y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.
Apocalipsis 22:17
. “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro co-
razón”.
Salmos 95:7, 8
. Pero al fin se publica el mandato: “El que es
injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y
el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese
todavía”.
Apocalipsis 22:11
.
La puerta del cielo se cierra, y cesa la invitación para la salvación.
En el cielo se dice: “Hecho es”. Ese tiempo no está lejano. Os ruego
que hagáis obra segura para la eternidad, que os aferréis de la esperanza
puesta ante vosotros en el Evangelio. Esforzaos por entrar por la puerta
angosta, porque si sólo aspiráis a hacerlo no podréis hacerlo.
El mundo está cargado con la maldición que acarrea el pecado. Está
literalmente anegado por el pecado, por la violencia y la corrupción,
como en los días de Noé. Y no obstante este espantoso período de
la historia de nuestro mundo, muchos están dormidos. Han dejado de
esforzarse para llegar a ser cristianos...
Demasiado tarde comprenderán los pecadores que han vendido su
primogenitura. La corona que podrían haber tenido brilla sobre las sienes
de otro. Han perdido la heredad que podrían haber poseído. Cuidado
con la forma en que tratáis con la tentación. Cuidado con enorgulleceros
con vuestra fortaleza. Cristo es vuestra fuerza eterna; confiad en Dios,
aferraos de su potencia y él os hará vencedores y vosotros llevaréis la
corona de la victoria.—
Carta 21, 1867
.
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