Glorias del mundo futuro, 25 de diciembre
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera
de ti, que hiciese por el que en él espera.
Isaías 64:4
.
Muchos han ansiado penetrar en las glorias del mundo futuro y tener
revelados los secretos de los eternos misterios; pero llaman en vano. Lo
revelado es para nosotros y para nuestros hijos... El gran Revelador ha
abierto ante nuestras inteligencias muchas cosas que son esenciales a
fin de que podamos comprender los atractivos celestiales y estimar el
premio de la recompensa...
Las explicaciones de Jesús respecto de las cosas celestiales son de tal
carácter que sólo la mente espiritual puede apreciarlas. La imaginación
puede echar mano de sus más potentes facultades a fin de imaginarse
las glorias del cielo, pero “cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los
que le aman”.
1 Corintios 2:9
. Las inteligencias celestiales nos rodean...
Ángeles de luz crean una atmósfera celestial alrededor del alma, eleván-
donos hacia lo invisible y eterno. No podemos contemplar sus formas
con nuestra vista natural; sólo por la visión espiritual podemos discernir
las cosas celestiales. Nuestras facultades humanas serían aniquiladas
por la inexpresable gloria de los ángeles de luz. Sólo el oído espiritual
puede percibir la armonía de las voces celestiales. No es el plan de Cristo
que se exciten las emociones mediante descripciones brillantes. En la
ciencia de la salvación el Señor Jesús ha ordenado que nadie viva de
la excitación. Con suficiente claridad se ha presentado a sí mismo, el
camino, la verdad y la vida, como los únicos medios por los cuales se ha
de obtener la salvación. En verdad no se exige nada más que eso.—
Carta
30, 1893
.
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