Ampliamente perdonado, 13 de febrero
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y
vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios
nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Isaías 55:7
.
Hay muchos que no tienen la confianza de una viviente certidumbre
de que Cristo está abogando ante el Padre como nuestro Intercesor. Cristo
se ha identificado con nuestras necesidades y puede suplir toda carencia
particular de nuestra condición debilitada. Durante su vida en esta tierra
asumió la actitud de representante suplicante y celoso, buscando de la
mano del Padre una provisión fresca de fortaleza, que lo vigorizara y
refrigerara dándole palabras de ánimo y lecciones consoladoras para
impartir a los seres humanos. Sus palabras fortalecerán cada alma para
el deber y para la prueba.
Así como Cristo, en su humanidad, buscaba fuerza de su Padre
para poder soportar la prueba y la tentación, también debemos hacerlo
nosotros. Debemos seguir el ejemplo del inmaculado Hijo de Dios.
Necesitamos diariamente ayuda, gracia y poder de la Fuente de todo
poder. Debemos echar nuestras impotentes almas sobre el Único que
está pronto a ayudarnos en todo momento de necesidad. Demasiado
a menudo nos olvidamos del Señor. Cedemos a nuestros impulsos y
perdemos las victorias que deberíamos ganar.
Si somos vencidos, no dilatemos en arrepentirnos y en aceptar el
perdón que nos pondrá en posición ventajosa. Si nos arrepentimos y
creemos, será nuestro el poder purificador de Dios. Su gracia salvadora
se ofrece gratuitamente. Su perdón se otorga a todos los que quieran
recibirlo...
Estamos viviendo en el día de la preparación. Debemos conseguir
una abundante provisión de gracia del almacén divino. El Señor ha hecho
provisión para la demanda diaria.—
The Review and Herald, 31 de mayo
de 1906
.
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