Amistémonos con Dios, 2 de enero
Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá
bien. Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu
corazón.
Job 22:21, 22
.
Desde el principio ha sido el plan estudiado de Satanás hacer que los
hombres se olvidaran de Dios para poder así adueñárselos. Ha procurado,
pues, desfigurar el carácter de Dios a fin de que los hombres abriguen
un falso concepto de él. Ante la mente de ellos, el Creador ha sido
presentado como revestido con los atributos del príncipe del mal—como
arbitrario, severo e implacable—para que fuera temido, rehuido y aun
odiado por los hombres...
Cristo vino para revelar a Dios ante el mundo como un Dios de amor,
de misericordia, ternura y compasión. El Redentor del mundo despejó
las densas tinieblas con las que Satanás había recubierto el trono de la
Deidad, y otra vez el Padre fue manifestado a los hombres como la Luz
de la vida...
Cristo se apena al ver a hombres tan absortos por los cuidados te-
rrenales y las perplejidades de sus negocios que no tienen tiempo para
conocer a Dios. Para ellos el cielo es un lugar extraño pues lo han elimi-
nado de su cómputo. No estando familiarizados con las cosas celestiales,
se cansan de oír hablar de ellas. No les gusta que se turbe su mente
debido a su necesidad de salvación. Pero el Señor desea turbar su mente
para que puedan conocerlo mejor en el tiempo en que les ofrece su
salvación...
Llegará el día cuando la terrible acusación de la ira de Dios será
pronunciada contra los que han persistido en su deslealtad hacia él...
Pero no necesitáis estar entre los que quedarán bajo su ira. Vivimos en
el día de su salvación. La luz de la cruz del Calvario reluce con rayos
claros y brillantes, revelando a Jesús nuestro sacrificio por el pecado.
Dios desea restaurar su imagen en vosotros. Creed que es vuestro
Ayudador. Resolveos a amistaros con él. Al acercaros a él con confesión
y arrepentimiento, se acercará a vosotros con misericordia y perdón.—
The Review and Herald, 15 de febrero de 1912
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