Las leyes dominicales
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Los defensores de la ley dominical no advierten lo que están
haciendo
El movimiento dominical está avanzando en la oscuridad. Los
líderes encubren el verdadero problema, y muchos que se unen al
movimiento no ven hacia dónde tiende la corriente oculta [...]. Están
trabajando a ciegas. No ven que si un gobierno protestante saca los
principios que lo han hecho una nación libre e independiente, y me-
diante leyes incorpora en la Constitución principios que propagarán
las falsedades y los engaños papales, se hundirán en los horrores
del romanismo de la Edad Oscura.—
The Review and Herald, 11 de
diciembre de 1888
.
Son muchos los que, aun entre los empeñados en este movimien-
to para imponer el domingo, están ciegos en cuanto a los resultados
que seguirán a esta acción. No ven que están atentando directamente
contra la libertad religiosa. Son muchos los que nunca han com-
prendido las obligaciones que impone el día de reposo bíblico ni el
fundamento falso sobre el cual descansa la institución del domingo
[...].
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Los que están haciendo un esfuerzo para cambiar la Constitu-
ción y obtener una ley que imponga la observancia del domingo,
no se dan cuenta de lo que será el resultado. Una crisis está por
sobrecogernos.—
Joyas de los Testimonios 2:318, 352 (1889)
.
No quedarse sentado, sin hacer nada
Es nuestro deber hacer todo lo que está en nuestro poder para
prevenir el peligro que nos amenaza [...]. Sobre todos los hombres
y mujeres de oración en todo el país recae la gran responsabilidad
de pedir que Dios despeje esta nube maligna y conceda unos pocos
años más de gracia para trabajar por el Maestro.—
The Review and
Herald, 11 de diciembre de 1888
.
Aquellos que ahora observan los mandamientos de Dios, nece-
sitan moverse para que puedan obtener la ayuda especial que solo
Dios puede darles. Debieran trabajar más fervientemente para dilatar
tanto como sea posible la calamidad que los amenaza.—
The Review
and Herald, 18 de diciembre de 1888
.