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Eventos de los Últimos Días
componer los 144.000? Fuera de duda, esto lo sabrán dentro de poco
los que sean elegidos de Dios.—
Mensajes Selectos 1:205 (1901)
.
Liberación del pueblo de Dios
Los rodearán las huestes de Satanás y los hombres perversos,
para alegrarse de su suerte, porque no parecerá haber para ellos me-
dio de escapar. Pero en medio de las orgías y el triunfo de aquellos,
se oirá el estruendo ensordecedor del trueno más formidable. Los
cielos se habrán ennegrecido, y estarán iluminados únicamente por
la deslumbrante y terrible gloria del cielo, cuando Dios deje oír su
voz desde su santa morada.
Los cimientos de la tierra temblarán; los edificios vacilarán y
caerán con espantoso fragor. El mar hervirá como una olla, y toda
la tierra será terriblemente conmovida. El cautiverio de los justos
se cambiará, y con suave y solemne susurro se dirán unos a otros:
“Somos librados; es la voz de Dios”.—
Joyas de los Testimonios
1:131-132 (1862)
.
Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de
la protección de las leyes humanas, empezará en varios países un
movimiento simultáneo para destruirlos. Conforme vaya acercán-
dose él tiempo señalado en el decreto, el pueblo conspirará para
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extirpar la secta aborrecida. Se convendrá en dar una noche el golpe
decisivo, que reducirá completamente al silencio la voz disidente y
reprensora.
El pueblo de Dios—algunos en las celdas de las cárceles, otros
escondidos en ignorados escondrijos de bosques y montañas—
invocan aún la protección divina, mientras que por todas partes
compañías de hombres armados, instigados por legiones de ángeles
malos, se disponen a emprender la obra de muerte [...]. Multitudes
de hombres perversos, profiriendo gritos de triunfo, burlas e impre-
caciones, están a punto de arrojarse sobre su presa, cuando de pronto
densas tinieblas, más sombrías que la oscuridad de la noche caen
sobre la tierra [...].
Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar
a su pueblo [...]. En medio de los cielos conmovidos hay un claro
de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al