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La iglesia de Dios de los últimos días
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Había un regocijo como nunca antes se había oído en el Taber-
náculo.
Entonces desperté de mi inconsciencia, y por un rato no pude
darme cuenta dónde estaba. Mi pluma estaba aún en mi mano. Se
me dijeron estas palabras:
“Esto es lo que podría haber sido
. El
Señor estaba esperando para hacer todo esto en favor de su pueblo.
Todo el cielo estaba esperando para manifestar su benevolencia”.
Pensé en dónde podríamos haber estado si en el último congreso
de la Asociación General se hubiera realizado una obra cabal.—
Testimonies for the Church 8:104-106, 5 de enero de 1903
.
Me he sentido profundamente impresionada por las escenas que
recientemente han pasado ante mí en horas de la noche. Parecía que
un gran movimiento—un reavivamiento—se producía en muchos
lugares. Nuestros hermanos estrechaban filas en respuesta al llamado
de Dios
Testimonios para los Ministros, 515 (1913)
.
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La paciencia de Dios con su pueblo
La iglesia ha fallado, tristemente fallado, en satisfacer las ex-
pectativas de su Redentor, y sin embargo el Señor no se retira de su
pueblo. Todavía los soporta, no porque se encuentre en ellos ninguna
virtud, sino para que el nombre de Dios no sea deshonrado ante los
enemigos de la verdad y la justicia, para que las agencias satánicas
no puedan triunfar destruyendo al pueblo de Dios. Él ha soportado
pacientemente su indocilidad, incredulidad e insensatez. Los ha dis-
ciplinado con maravillosa paciencia y compasión. Si ellos oyen su
instrucción, él los limpiará de sus tendencias perversas, salvándolos
con una salvación eterna y convirtiéndolos en monumentos eternos
del poder de su gracia.—
The Signs of the Times, 13 de noviembre
de 1901
.
Deberíamos recordar que la iglesia, aunque débil y defectuo-
sa, constituye el único objeto en la tierra al cual Cristo otorga su
consideración suprema. Él la observa constantemente lleno de soli-
citud por ella, y la fortalece mediante su Espíritu Santo.—
Mensajes
Selectos 2:457 (1902)
.
Del primer mensaje de Elena G. de White al Congreso de la Asociación General de
1913.