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La última crisis de la tierra
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El mundo se está volviendo más y más anárquico. Pronto una
gran angustia sobrecogerá a las naciones, una angustia que no cesará
hasta que Jesús venga.—RH, 11 de febrero de 1904.
Estamos en vísperas del tiempo de angustia y nos esperan di-
ficultades apenas sospechadas.—
Joyas de los Testimonios 3:306
(1909)
.
Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de los siglos.
En rápida sucesión se seguirán unos a otros los castigos de Dios:
incendios e inundaciones, terremotos, guerras y derramamiento de
sangre.—
La Historia de Profetas y Reyes, 208 (1914)
.
Tiempos tormentosos están delante de nosotros, pero no profira-
mos una palabra de descreimiento o desánimo.—
Servicio Cristiano
Eficaz, 169 (1905)
.
[13]
Dios siempre ha advertido en cuanto a los juicios venideros
Dios advirtió siempre a los hombres los juicios que iban a caer
sobre ellos. Los que tuvieron fe en su mensaje para su tiempo y
actuaron de acuerdo con ella, en obediencia a sus mandamientos,
escaparon a los juicios que cayeron sobre los desobedientes e incré-
dulos.
A Noé fueron dirigidas estas palabras: “Entra tú y toda tu casa
en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí”. Noé obedeció y
se salvó. Este mensaje llegó a Lot: “Levantaos, salid de este lugar;
porque Jehová va a destruir esta ciudad”.
Génesis 7:1; 19:14
. Lot
se puso bajo la custodia de los mensajeros celestiales y se salvó.
Así también los discípulos de Cristo fueron advertidos acerca de la
destrucción de Jerusalén. Los que se fijaron en la señal de la ruina
inminente y huyeron de la ciudad escaparon a la destrucción. Así
también ahora hemos sido advertidos acerca de la segunda venida
de Cristo y de la destrucción que ha de sobrecoger al mundo. Los
que presten atención a la advertencia se salvarán.—
El Deseado de
Todas las Gentes, 588 (1898)
.
Dios nos ha dicho qué esperar en nuestros días
Antes de la crucifixión, el Salvador había predicho a sus discí-
pulos que iba a ser muerto y que resucitaría del sepulcro, y hubo