Basic HTML Version
Tabla de Contenidos
Información sobre este libro | 5 |
Al lector | 19 |
Contenido | 21 |
Capítulo 1—La última crisis de la tierra | 22 |
Temor ampliamente difundido en cuanto al futuro | 22 |
Pronto vendrán tiempos angustiosos | 22 |
Dios siempre ha advertido en cuanto a los juicios venideros | 23 |
Dios nos ha dicho qué esperar en nuestros días | 23 |
Las profecías acerca de los últimos días demandan nuestra atención | 24 |
Estúdiense especialmente los libros de Daniel y Apocalipsis | 25 |
El tema debiera mantenerse ante la gente | 25 |
Manteniendo los eventos futuros en su debida perspectiva | 26 |
Capítulo 2—Señales del pronto regreso de Cristo | 27 |
La gran profecía de nuestro señor | 27 |
Señales en los cielos | 27 |
Señales en la tierra | 28 |
Falsos profetas | 28 |
Una experiencia con un falso profeta | 29 |
Glotonería e intemperancia | 30 |
Hechos de violencia | 30 |
Guerras y desastres | 31 |
Grandes bolas de fuego | 32 |
Terremotos e inundaciones | 32 |
Crimen, hambres, pestilencia | 33 |
El propósito de Dios en las calamidades | 34 |
Los eventos venideros están en las manos del señor | 35 |
Interés del cielo por los asuntos de la tierra | 36 |
Capítulo 3—“¿Cuándo serán estas cosas?” | 37 |
Los discípulos le preguntan a Cristo acerca de su regreso | 37 |
Se desconoce el tiempo del regreso de Cristo | 37 |
Nuestro mensaje no consiste en fijar una fecha | 38 |
La fijación de fechas conduce a la incredulidad | 38 |
No hay una profecía de tiempo que vaya más allá de 1844 | 39 |
Elena G. de White esperaba el regreso de Cristo en sus días | 40 |
Se explica la demora | 41 |
Las promesas de Dios son condicionales | 41 |
Lo que Cristo está esperando | 42 |
Un límite a la paciencia de Dios | 42 |
La transgresión casi ha llegado a su límite | 43 |
Debiéramos recordar el gran día de Dios | 44 |
La brevedad del tiempo | 44 |
Capítulo 4—La iglesia de Dios de los últimos días | 46 |
El pueblo de Dios guarda sus mandamientos | 46 |
Tienen el testimonio de Jesús | 46 |
Sus doctrinas bíblicas peculiares | 47 |
La misión distintiva de los adventistas del séptimo día | 47 |
Razones de la organización de la Iglesia Adventista del Séptimo Día | 48 |
La organización siempre será esencial | 48 |
La autoridad especial de la iglesia de Dios | 49 |
Un tiempo de debilidad y ceguera espirituales | 49 |
Abuso de poder en la sede central de la iglesia | 50 |
Los dirigentes imprudentes no hablan por Dios | 51 |
No se necesita una nueva denominación | 51 |
Dios pondrá todo en orden | 52 |
Es urgente una distribución de responsabilidades | 53 |
El congreso de la asociación general de 1901 responde | 54 |
Se reafirma la confianza en la organización de la Iglesia Adventista | 55 |
Una declaración de W. C. White | 56 |
Todavía se necesita un reavivamiento espiritual | 56 |
La paciencia de Dios con su pueblo | 57 |
Dios trabaja con aquellos que le son fieles | 57 |
Juzgados por la luz concedida | 58 |
La historia de Israel es una advertencia para nosotros | 59 |
La iglesia militante es imperfecta | 59 |
La iglesia triunfante será fiel y semejante a Cristo | 60 |
Capítulo 5—La vida devocional del remanente | 61 |
Una vida doble | 61 |
Arraigados firmemente en Cristo | 61 |
Moldeados por el Espíritu Santo | 62 |
La necesidad de estudiar la Biblia | 63 |
Memorizad la escritura | 63 |
Apocalipsis 14, un ancla para el pueblo de Dios | 64 |
Educad la mente para creer en la palabra de Dios | 65 |
Preparación para las pruebas futuras | 65 |
Controlad las facultades morales | 66 |
El ejemplo de Enoc | 67 |
Recordad las bendiciones pasadas de Dios | 67 |
Un tiempo para seria reflexión | 68 |
Viviendo con referencia al día del juicio | 68 |
Listos para el regreso de Cristo | 69 |
Capítulo 6—Estilo de vida y actividades del remanente | 70 |
Un espíritu de servicio y de sacrificio propio | 70 |
“Negociad entre tanto que vengo” | 70 |
Como si cada día pudiera ser el último | 71 |
Una concienzuda observancia del sábado | 71 |
Fidelidad en los diezmos y ofrendas | 72 |
Estableced nuevas instituciones | 73 |
Obra médico-misionera | 73 |
El pueblo de Dios valora su salud | 74 |
Volved a la dieta original | 75 |
Tiempo para ayunar y orar | 75 |
Entera confianza en Dios | 76 |
Culto de familia | 76 |
Cuidad la relación con el mundo | 77 |
La recreación que Cristo aprueba | 77 |
Música que eleva | 78 |
La televisión y el teatro | 79 |
La vestimenta y los adornos | 79 |
La necesidad de publicaciones | 80 |
Que no haya estocadas agudas en nuestras revistas | 81 |
Desconfiad de cuestiones laterales | 81 |
Recalcad la unidad, no las diferencias | 82 |
Cómo enfrentar las críticas | 83 |
Exaltad la palabra de Dios | 83 |
Capítulo 7—La vida en el campo | 85 |
El ideal divino | 85 |
Lejos de las ciudades | 85 |
Hay que trabajar en las ciudades desde puestos de avanzada | 86 |
Ricas bendiciones en un ambiente natural | 87 |
El desarrollo del carácter es más fácil en el campo | 87 |
Mejor salud física en un ambiente rural | 88 |
Cultivad vuestras propias provisiones | 89 |
Estableced instituciones “cerca de las grandes ciudades” | 89 |
Cooranbong, Nueva Gales del Sur | 89 |
Huntsville, Alabama | 90 |
Berrien Springs, Míchigan | 91 |
Stoneham, Massachusetts | 91 |
Takoma Park, Washington, D. C. | 92 |
Madison, Tennessee | 93 |
Mountain View, California | 93 |
Loma Linda, California | 94 |
Angwin, California | 95 |
Capítulo 8—Las ciudades | 96 |
Los constructores de la ciudad original | 96 |
Las ciudades son semilleros de vicio | 96 |
Descienden juicios sobre las ciudades | 97 |
Edificios a prueba de catástrofes se convertirán en ceniza | 97 |
La ciudad de Nueva York | 98 |
Chicago y Los Angeles | 99 |
San Francisco y Oakland | 99 |
Otras ciudades impías | 100 |
Sindicatos en las ciudades | 101 |
Los sindicatos, una fuente de problemas para los adventistas | 101 |
Muchos en las ciudades ansían luz y verdad | 102 |
Se necesitan esfuerzos fervientes en las ciudades | 102 |
No todos pueden abandonar las ciudades todavía | 103 |
En las ciudades se necesitan escuelas, iglesias y restaurantes | 103 |
No se recomiendan traslados apresurados al campo | 104 |
La señal para huir de las ciudades | 104 |
Aún habrá algunos justos en las ciudades después que se haya promulgado el decreto de muerte | 105 |
Capítulo 9—Las leyes dominicales | 106 |
Satanás desafía la autoridad de Dios | 106 |
El día de reposo: el gran asunto en discusión | 106 |
El movimiento de la ley dominical en la década de 1880 | 107 |
Los defensores de la ley dominical no advierten lo que están haciendo | 108 |
No quedarse sentado, sin hacer nada | 108 |
Oponeos a las leyes dominicales mediante la pluma y el voto | 109 |
Los Estados Unidos promulgarán una ley dominical | 110 |
Argumentos usados por los abogados de la ley dominical | 110 |
El protestantismo y el catolicismo actúan en concierto | 111 |
Las leyes dominicales honran a Roma | 112 |
Roma recobrará su supremacía perdida | 112 |
Una ley dominical nacional significa apostasía nacional | 113 |
A la apostasía nacional seguirá la ruina nacional | 114 |
Legislación dominical universal | 114 |
Todo el mundo apoyará la legislación dominical | 115 |
La controversia se centra en la cristiandad | 116 |
No mostrar una actitud desafiante | 117 |
Absteneos de trabajar en domingo | 117 |
En domingo ocupaos en actividades espirituales | 118 |
La oposición realza la belleza de la verdad | 119 |
Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres | 119 |
Capítulo 10—El pequeño tiempo de angustia | 121 |
Un tiempo de angustia antes que termine el tiempo de prueba | 121 |
El fin de la libertad religiosa en los Estados Unidos | 121 |
La iglesia y el estado se oponen al pueblo de Dios | 122 |
Ante los tribunales | 122 |
Los adventistas serán tratados con desprecio | 123 |
Todo tipo de persecución | 124 |
Privados de todo apoyo terrenal | 124 |
Algunos serán encarcelados por su fe | 125 |
Muchos serán ejecutados | 125 |
Cómo permanecer firme bajo la persecución | 126 |
La persecución esparce al pueblo de Dios | 127 |
La persecución induce a la unidad entre el pueblo de Dios | 127 |
La crisis hace más llamativa la intervención de Dios | 128 |
La aflicción purifica al pueblo de Dios | 128 |
Capítulo 11—Los engaños satánicos de los últimos días | 129 |
Bajo el manto del cristianismo | 129 |
Aun en la Iglesia Adventista | 129 |
Espíritus mentirosos contradicen las escrituras | 130 |
Falsos reavivamientos | 131 |
La música llega a ser una trampa | 131 |
Falso don de lenguas | 132 |
Ángeles malignos aparecen como seres humanos | 132 |
Personificación de los muertos | 133 |
Satanás personifica a Cristo | 134 |
Satanás imita a Cristo en cada detalle | 134 |
Satanás pretende contestar las oraciones de los santos | 135 |
Cómo la falsificación difiere del fenómeno genuino | 136 |
Se realizarán milagros | 137 |
Fuego del cielo | 137 |
Satanás será deificado | 138 |
Los milagros no prueban nada | 139 |
Los milagros no pueden reemplazar la Biblia | 139 |
El engaño es casi universal | 140 |
Capítulo 12—El zarandeo | 141 |
Ser miembro de iglesia no garantiza la salvación | 141 |
La paja separada del trigo | 141 |
La persecución purifica a la iglesia | 142 |
Los creyentes superficiales renunciarán a la fe | 142 |
El testimonio directo produce un zarandeo | 143 |
La crítica injusta causa pérdida de almas | 144 |
Las doctrinas falsas desvían a algunos | 144 |
El rechazo de los Testimonios conduce a la apostasía | 145 |
Deserciones entre los dirigentes de iglesia | 145 |
Los ministros no santificados serán erradicados | 146 |
Puede parecer que la iglesia está a punto de caer | 146 |
Los fieles de Dios serán dados a conocer | 147 |
Nuevos conversos tomarán el lugar de los que salgan | 148 |
Capítulo 13—La lluvia tardía | 149 |
La obra del espíritu se asemeja a la lluvia | 149 |
La lluvia temprana vino en Pentecostés en el año 31 d. C. | 149 |
Consecuencias de la lluvia temprana en Pentecostés | 150 |
La promesa de la lluvia tardía | 151 |
La lluvia tardía producirá el fuerte clamor | 151 |
La lluvia temprana produce conversión; la lluvia tardía desarrolla un carácter semejante al de Cristo | 152 |
Debiéramos orar fervientemente por el descenso del Espíritu Santo | 153 |
Debemos humillar nuestros corazones en verdadero arrepentimiento | 153 |
La reforma debe acompañar al reavivamiento | 154 |
Debemos desechar toda lucha y disensión | 154 |
Amaos unos a otros | 155 |
Se requiere una entrega total | 155 |
Hay que despejar el camino para la lluvia tardía | 156 |
Convertíos en obreros activos en el servicio de Cristo | 156 |
“Mantener limpio el recipiente y ponerlo boca arriba” | 157 |
No todos recibirán la lluvia tardía | 158 |
Capítulo 14—El fuerte clamor | 159 |
Dios tiene joyas en todas las iglesias | 159 |
Todavía no se ha completado la caída de Babilonia | 159 |
El último mensaje de amonestación de Dios | 160 |
El corazón del último mensaje de Dios | 161 |
El mensaje irá con gran poder | 162 |
Como el movimiento de 1844 | 162 |
Como el día de Pentecostés | 163 |
Dios empleará medios que nos sorprenderán | 163 |
Obreros calificados por el Espíritu Santo | 164 |
Dios usa aun a los iletrados | 165 |
Niños proclaman el mensaje | 165 |
El ministerio de los ángeles | 166 |
Extensión mundial de la proclamación | 166 |
Reyes, legisladores, concilios, oyen el mensaje | 167 |
Muchos adventistas rechazan obstinadamente la luz | 168 |
La mayoría de los no adventistas rechazarán la amonestación | 168 |
Multitudes responderán al llamado | 169 |
Miles convertidos en un día | 169 |
Los honestos de corazón no vacilarán por mucho tiempo | 170 |
Influencia de la página impresa | 171 |
Capítulo 15—El sello de Dios y la marca de la bestia | 172 |
Sólo dos clases | 172 |
Miembros de familia son separados | 172 |
Juzgados por la luz que hemos recibido | 173 |
No hay excusa para la ceguera voluntaria | 173 |
La importancia de la benevolencia práctica | 174 |
Los motivos les dan carácter a las acciones | 175 |
Qué es el sello de Dios | 175 |
Semejante a Cristo en carácter | 176 |
Estamos ahora en el tiempo del sellamiento | 177 |
¡Ojalá que el sello de Dios sea colocado sobre nosotros! | 177 |
Qué es la marca de la bestia | 178 |
Cuándo se recibe la marca de la bestia | 178 |
La prueba consiste en la imposición de la observancia del domingo | 179 |
Capítulo 16—El fin del tiempo de gracia | 181 |
Nadie sabe cuándo terminará el tiempo de gracia | 181 |
La imposición de la ley dominical precede al fin del tiempo de gracia | 181 |
El tiempo de gracia termina cuando se completa el sellamiento | 182 |
El tiempo de gracia terminará repentina, inesperadamente | 183 |
Actividad humana después del fin del tiempo de gracia | 183 |
Continúan la incredulidad y los placeres prohibidos | 184 |
Los hombres estarán totalmente absortos en los negocios | 185 |
Los dirigentes religiosos estarán llenos de optimismo | 185 |
Satanás infiere que ha terminado el tiempo de gracia | 186 |
Hambre de la palabra | 186 |
No más oraciones por los impíos | 186 |
No es posible transferir el carácter | 187 |
Otro tiempo de gracia no convencería a los malvados | 188 |
Capítulo 17—Las siete últimas plagas y los impíos (el gran tiempo de angustia, parte 1) | 189 |
Serán derramadas las copas de la ira de Dios | 189 |
Las naciones en conflicto | 189 |
El mundo entero será envuelto en ruinas | 189 |
Dios es tanto justo como misericordioso | 190 |
La certeza de los juicios de Dios | 191 |
Los juicios vienen cuando Dios retira su protección | 191 |
A veces los santos ángeles ejercen poder destructivo | 192 |
Las primeras dos plagas | 193 |
La tercera plaga | 194 |
La cuarta plaga | 194 |
La quinta plaga | 195 |
La ley de Dios aparece en el cielo | 195 |
Los perdidos condenan a sus falsos pastores | 196 |
La sexta plaga | 196 |
La última gran batalla entre el bien y el mal | 197 |
Todo el mundo será reunido en un lado o en el otro | 198 |
La séptima plaga | 198 |
Capítulo 18—Las siete últimas plagas y los justos (el gran tiempo de angustia, parte 2) | 200 |
El gran tiempo de angustia comienza después que termine el tiempo de gracia | 200 |
El pueblo de Dios está preparado para la hora de prueba que le espera | 200 |
Terrible, más allá de toda comprensión | 201 |
Muchos serán llamados al descanso antes del tiempo de angustia | 201 |
El blanco de Satanás: destruir a todos los observadores del sábado | 202 |
Argumentos usados contra el pueblo de Dios | 202 |
Muerte para todos los que no honren el domingo | 203 |
Decreto de muerte similar al que emitió asuero | 204 |
El remanente hace de Dios su defensa | 204 |
El pueblo de Dios huye de las ciudades; muchos son encarcelados | 205 |
De nada valdrán casas y tierras | 206 |
Como el tiempo de angustia de Jacob | 206 |
Los justos no tienen culpas escondidas que revelar | 207 |
Los santos no perderán sus vidas | 208 |
Dios proveerá | 208 |
No intercesor, pero constante comunión con Cristo | 209 |
El pueblo de Dios no acaricia deseos pecaminosos | 210 |
Continúa la batalla contra el yo | 210 |
Los 144.000 | 211 |
Liberación del pueblo de Dios | 212 |
Capítulo 19—El regreso de Cristo | 214 |
La séptima plaga y la resurrección especial | 214 |
Dios anuncia el tiempo de la venida de Cristo | 214 |
El terror de los perdidos | 215 |
Jesús desciende en poder y gloria | 216 |
La reacción de los que lo traspasaron | 217 |
“¡despertaos, los que dormís, y levantaos!” | 217 |
De las cuevas, escondrijos y calabozos | 218 |
De los profundos océanos, de las minas y montañas | 219 |
Los impíos son muertos | 219 |
La destrucción de los impíos es un acto de misericordia | 220 |
¡Rumbo al hogar! | 220 |
Los ángeles cantan: ¡Cristo ha vencido! | 221 |
Los santos reciben coronas y arpas | 222 |
Capítulo 20—La herencia de los santos | 223 |
Un don del señor | 223 |
Por qué debiéramos pensar sobre el mundo futuro | 223 |
Los motivos del cristiano | 224 |
Un lugar real y tangible | 225 |
Gloria indescriptible | 225 |
Arroyos, colinas y árboles | 226 |
Flores, frutas y animales | 226 |
El vigor de la eterna juventud | 227 |
La felicidad está garantizada | 228 |
Se preserva la identidad de los redimidos | 228 |
Una complexión vigorosa y un manto de luz | 229 |
El gozo de ver a nuestras familias en el cielo | 229 |
La salvación de los infantes y de los imbéciles | 230 |
Tributo a las madres fieles | 231 |
La recompensa del ganador de almas | 231 |
Nuestra disposición no ha cambiado | 232 |
La atmósfera pacífica y amante del cielo | 232 |
No hay tentaciones ni pecado | 233 |
Comunión con el padre y el hijo | 233 |
Compañerismo con los ángeles y con los fieles de todas las edades | 234 |
Dando testimonio ante los seres no caídos | 234 |
Alabando a Dios con música perfecta y melodiosa | 235 |
Escudriñando los tesoros del universo | 235 |
Se repasa la historia sagrada | 236 |
Se explican las perplejidades de la vida | 237 |
El resultado de toda acción noble | 238 |
Nuestro gozo aumentará constantemente | 238 |
Queda siempre un infinito más allá | 239 |
Todo el universo declara que Dios es amor | 240 |