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El fin del tiempo de gracia
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te como el relámpago cruza el cielo, se desvanecerán sus visiones
brillantes y sus falaces esperanzas.—
Seguridad y Paz en el Conflicto
de los Siglos, 387 (1911)
.
Los hombres estarán totalmente absortos en los negocios
Cuando Lot amonestó a los miembros de su familia en cuanto a
la destrucción de Sodoma, no prestaron atención a sus palabras, sino
que lo consideraron como un fanático extremista. La destrucción
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que vino los encontró desapercibidos. Así será cuando Cristo venga:
agricultores, negociantes, abogados, comerciantes, estarán absortos
en los negocios, y el día del Señor vendrá sobre ellos como un
lazo.—RH, 10 de marzo de 1904.
Cuando ministros, agricultores, comerciantes, abogados, perso-
najes importantes y hombres aparentemente piadosos exclamen “Paz
y seguridad”, vendrá destrucción repentina. Lucas registra las pala-
bras de Cristo, de que el día de Dios viene como un lazo: la figura
de un animal merodeando en el bosque en busca de su presa, y
¡ay!, repentinamente es entrampado por el lazo oculto del cazador.—
Manuscript Releases 10:266 (1876)
.
Cuando los hombres están tranquilos, llenos de diversiones, ab-
sortos en comprar y vender, entonces se aproxima el ladrón con paso
furtivo. Así será la venida del Hijo del hombre.—
Carta 21, 1897
.
Los dirigentes religiosos estarán llenos de optimismo
Cuando los razonamientos de la filosofía hayan desterrado el
temor a los juicios de Dios; cuando los maestros de la religión
nos hablen de largos siglos de paz y prosperidad, y el mundo se
dedique por completo a sus negocios y placeres, a plantar y edificar,
a fiestas y diversiones, y desechando las amonestaciones de Dios, se
burle de sus mensajeros, “entonces vendrá sobre ellos destrucción de
repente,... y no escaparán”.—
Historia de los Patriarcas y Profetas,
94 (1890)
.
Venga cuando venga, el día de Dios caerá repentinamente sobre
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los impíos desprevenidos. El día menos pensado, en medio del curso
rutinario de la vida, absortos los hombres en los placeres de la vida,
en los negocios, en la caza al dinero, cuando los guías religiosos