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Señales del pronto regreso de Cristo
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sacudido, porque el fin de todas las cosas está cercano.—
Manuscript
Release 3:208 (1891)
.
Ya ha llegado el tiempo en que en un momento podremos estar
pisando tierra firme, y en el siguiente la tierra estará moviéndose
debajo de nuestros pies. Ocurrirán terremotos cuando menos se los
espere.—
Testimonios para los Ministros, 421 (1896)
.
En incendios, inundaciones, terremotos, en la furia de las grandes
profundidades, en calamidades por mar y tierra, se da la adverten-
cia de que el Espíritu de Dios no contenderá para siempre con el
hombre.—
Manuscript Release 3:315 (1897)
.
Antes de que el Hijo del hombre aparezca en las nubes del cielo
todo estará convulsionado en la naturaleza. Rayos del cielo unidos
con el fuego interno de la tierra harán que las montañas ardan como
un horno y que hagan fluir sus torrentes de lava sobre aldeas y
ciudades. Masas de rocas derretidas, arrojadas dentro del agua por el
solevantamiento de cosas ocultas dentro de la tierra, harán que hierva
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el agua y despida rocas y tierra. Habrá formidables terremotos y gran
destrucción de vidas humanas.—
Comentario Bíblico Adventista
7:958 (1907)
.
Crimen, hambres, pestilencia
Satanás está obrando en la atmósfera; la está envenenando, y
nosotros dependemos de Dios para la protección de nuestras vidas:
de nuestra vida actual y eterna. Y por encontrarnos en la posición en
que estamos, necesitamos estar bien despiertos, plenamente consa-
grados, completamente convertidos y cabalmente dedicados a Dios.
Pero al parecer permanecemos inactivos como si estuviésemos pa-
ralizados. ¡Dios del cielo, despiértanos!—
Mensajes Selectos 2:59
(1890)
.
Dios no ha impedido que los poderes de las tinieblas hagan su
obra mortífera de viciar el aire, una de las fuentes de vida y alimento,
con elementos mortíferos. No sólo ha sido afectada la vida vegetal,
sino que el hombre mismo sufre de pestilencia... Estas cosas son el
resultado de gotas de las copas de la ir
de Dios que caen sobre
Dios asume responsabilidad por aquello que permite que ocurra o que no impide
que suceda. Ver
Éxodo 7:3; 8:32
;
1 Crónicas 10:4, 13-14
.