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Las siete últimas plagas y los justos (el gran tiempo de angustia, parte 2)
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un tiempo de terrible agonía. De día y de noche claman a Dios para
que los libre... Como Jacob, todos luchan con Dios. Sus semblantes
expresan la agonía de sus almas. Están pálidos, pero no dejan de
orar con fervor.—
Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 688
(1911)
.
La experiencia de Jacob durante aquella noche de lucha y an-
gustia representa la prueba que habrá de soportar el pueblo de Dios
inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo. El profeta
Jeremías, contemplando en santa visión nuestros días, dijo: “Hemos
oído voz de temblor: espanto, y no paz,... hanse tornado pálidos
todos los rostros. ¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay
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otro semejante a él: tiempo de angustia para Jacob; mas de ella será
librado”.
Jeremías 30:5-7
.—
Historia de los Patriarcas y Profetas,
199 (1890)
.
Los justos no tienen culpas escondidas que revelar
En el tiempo de angustia, si el pueblo de Dios conservase pe-
cados aún inconfesos cuando lo atormenten el temor y la angustia,
sería aniquilado; la desesperación acabaría con su fe y no podría
tener confianza para rogar a Dios que le librase. Pero por muy pro-
fundo que sea el sentimiento que tiene de su indignidad, no tiene
culpas escondidas que revelar. Sus pecados han sido examinados y
borrados en el juicio; y no puede recordarlos.—
Seguridad y Paz en
el Conflicto de los Siglos, 678 (1911)
.
Sus seguidores... tendrán un profundo sentimiento de sus faltas,
y al examinar su vida, verán desvanecerse sus esperanzas. Pero
recordando la grandeza de la misericordia de Dios, y su propio
arrepentimiento sincero, pedirán el cumplimiento de las promesas
hechas por Cristo a los pecadores desamparados y arrepentidos. Su
fe no faltará porque sus oraciones no sean contestadas en seguida. Se
asirán del poder de Dios, como Jacob se asió del Angel, y el lenguaje
de su alma será: “No te dejaré, si no me bendices”.—
Historia de los
Patriarcas y Profetas, 200 (1890)
.