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La vida en el campo
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hubieran vivido en un lugar a cierta distancia de la ciudad.—
El
Evangelismo, 61 (1903)
.
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Por ahora, algunos obreros estarán obligados a trabajar en Chica-
go; pero éstos deberían estar preparando centros de trabajo en distri-
tos rurales, desde los cuales trabajar la ciudad. El Señor desea que
su pueblo se preocupe de ellos y adquiera propiedades humildes y
baratas para convertirlas en centros para llevar a cabo su obra. De
vez en cuando encontrarán lugares más amplios que podrán adquirir
a un costo sorprendentemente bajo.—
El Evangelismo, 295 (1906)
.
Ricas bendiciones en un ambiente natural
Volvemos a decir: “Fuera de las ciudades”. No consideréis que
es una gran privación el tener que trasladaros a los cerros y las
montañas, sino buscad un retiro donde podáis estar solos con Dios,
para aprender su voluntad y sus caminos...
Insto a nuestro pueblo a que convierta la búsqueda de la espiri-
tualidad en la obra de su vida. Cristo está a la puerta. Por esto digo a
nuestro pueblo: “No consideréis que es una privación el ser llamados
a dejar las ciudades para trasladaros al campo. Allí esperan abundan-
tes bendiciones para los que deseen aprehenderlas. Al contemplar
las escenas de la naturaleza, las obras del Creador, y al estudiar la
obra de la mano de Dios, seréis transformados imperceptiblemente
a la misma imagen”.—
Mensajes Selectos 2:408 (1908)
.
El desarrollo del carácter es más fácil en el campo
Los padres acuden con sus familias a las ciudades, porque se
imaginan que allí es más fácil ganarse la vida que en el campo. Los
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hijos, no teniendo qué hacer cuando no están en la escuela, se educan
en la calle. De las malas compañías adquieren hábitos de vicio y
disipación.—
Joyas de los Testimonios 2:74 (1882)
.
Enviad a los hijos a escuelas ubicadas en la ciudad, donde toda
clase de tentación aguarda para atraerlos y desmoralizarlos, y la
obra de la edificación del carácter será diez veces más difícil tanto
para los padres como para los hijos.—
Fundamentals of Christian
Education, 326 (1894)
.