Página 134 - El Evangelismo (1994)

Basic HTML Version

130
El Evangelismo
constantemente a practicar la verdad, no serán santificados mediante
ella. Dudas, especulaciones y asuntos sin importancia ocuparán la
mente y se convertirán en temas de conversación, y a éstos seguirán
vanas especulaciones acerca de ciertas palabras, y la presentación
de distintas opiniones acerca de puntos que no son vitales ni esen-
ciales...
El obrero que trabaja para Dios debe ser bastante sabio para
comprender cuáles son los propósitos del enemigo, y rehusar ser
apartado de su objetivo. La conversión de sus oyentes debería ser la
preocupación que lo anime en su tarea, y debe mantenerse fuera de
toda controversia y limitarse a predicar la Palabra de Dios...
La obra especial y engañosa de Satanás ha tenido por propósito
provocar controversia, para que hubiera luchas acerca de palabras
que no aprovechan. El bien sabe que esto ocupará la mente y el
tiempo. Despierta un espíritu combativo y mata el espíritu de convic-
ción, en la mente de muchas personas, conduciéndolas a diversidad
de opiniones, acusaciones y prejuicios que cierran la puerta de la
verdad.—
The Review and Herald, 11 de septiembre de 1888
.
Orando con aquellos que están convencidos
—Tengan los mi-
nistros y evangelistas más reuniones de ferviente oración con aque-
[118]
llos que están convencidos de la verdad. Recordad que Cristo está
siempre con vosotros. El Señor tiene listas las más preciosas mani-
festaciones de su gracia, para fortalecer y animar al obrero sincero y
humilde.—
Manuscrito 78, 1900
.
Ayudad a los que están en perplejidad
—Muchos de los que
vienen a la reunión están cansados y se sienten pesadamente car-
gados de pecado. No se sienten seguros en su fe religiosa. Debe
dárseles oportunidad, a aquellos que están atribulados y necesitan
descanso del espíritu, a encontrar ayuda. Después de un discurso,
aquellos que desean seguir a Cristo deben ser invitados a manifestar
su anhelo. Invitad a todos los que no están satisfechos en su prepara-
ción para la venida de Cristo, y a todos los que se sienten agobiados
y pesadamente cargados, a reunirse aparte. Conversen los que son
espirituales con estas almas. Orad con ellos y por ellos. Conságre-
se mucho tiempo a la oración y al profundo escudriñamiento de
la Palabra. Obtengan todos los verdaderos hechos de la fe en sus
propias almas, por medio de la creencia de que el Espíritu Santo será
impartido a ellos porque tienen en verdad hambre y sed de justicia.