Página 145 - El Evangelismo (1994)

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El mensaje y su presentación
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y a él crucificado. Esto hará frente a las mentiras de Satanás.—
Carta
34, 1896
.
La Palabra de Dios
—Si presentáis la verdad con el método de
Dios causaréis con la verdad presente una profunda impresión en
vuestros oyentes. Quedarán convencidos de que es la Palabra del
Dios vivo, y así realizaréis con poder la voluntad de Dios.—
Carta
48, 1902
.
Grandes ideas de verdad bíblica
—No os estáis presentando
vosotros mismos; en cambio la presencia y el carácter precioso de
la verdad es tan grande, y en verdad es tan abarcante, tan profundo,
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tan amplio, que se pierde de vista el yo... Predicad, de manera que
el pueblo pueda posesionarse de las grandes ideas, y extraiga el
precioso mineral escondido en las Escrituras.—
Manuscrito 7, 1894
.
El Espíritu Santo debe actuar poderosamente en las reunio-
nes
—No pedimos que haya grandes demostraciones en nuestras
reuniones llevadas a cabo en las ciudades y en nuestros congresos,
pero pedimos que las personas que se presenten delante de la gente
para exponer la verdad sean fervorosas y manifiesten que Dios está
con ellas. Deben buscar a Dios en forma especial para que la obra
que se efectúe en las reuniones cuente con la poderosa actuación del
Espíritu Santo. No debe mezclarse el mal con el bien.—
The Review
and Herald, 23 de julio de 1908
.
Más actividad y celo
—Necesitamos romper la monotonía de
nuestro trabajo religioso. Estamos haciendo una obra en el mundo,
pero no mostramos suficiente actividad y celo. Si fuéramos más
fervorosos, los hombres se convencerían de la verdad de nuestro
mensaje. El carácter insípido y monótono de nuestro servicio por
Dios repele a muchos que están mirando para ver en nosotros un celo
profundo, ferviente y santificado. La religión legal no responderá a
las preguntas de esta era. Podemos realizar todos los actos externos
del servicio, y sin embargo, estar tan destituidos de la influencia vi-
vificadora del Espíritu Santo, como las montañas de Gilboa estaban
destituidas del rocío y de la lluvia. Necesitamos la humedad espiri-
tual; y hemos menester ahora de los claros rayos del Sol de justicia
para enternecer y subyugar nuestros corazones.—
The Review and
Herald, 26 de mayo de 1903
.
Razonamiento tranquilo y ferviente
—No es excitación lo que
deseamos crear, sino una consideración profunda y ferviente, a fin