Página 210 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
ga mayormente de hermanos pobres, el asunto de la benevolencia
sistemática debe explicarse cabalmente, y debe adoptarse el plan de
todo corazón. Dios puede cumplir sus promesas. Sus recursos son
infinitos, y él los emplea todos en el cumplimiento de su voluntad.
Y cuando ve un fiel cumplimiento del deber en el pago del diezmo,
a menudo, en su sabia Providencia, abre caminos para que aumenten
los ingresos. El que cumpla la disposición de Dios en lo poco que
le haya sido dado, recibrá el mismo pago que aquel que da de su
abundancia.—
Obreros Evangélicos, 234, 235 (1915)
.
Una prueba de nuestra unión con el cielo
—Nuestro Padre
celestial nos otorga dones y nos pide que le devolvamos una parte,
para probarnos si somos dignos de recibir el don de la vida eterna.—
Testimonies for the Church 3:408 (1875)
.
Un punto que debe ser presentado repetidamente y con tac-
to
—Los maestros de la Palabra de Dios no han de retener ninguna
parte del consejo del Señor, no sea que el pueblo quede en la igno-
rancia de su deber, y no comprenda lo que es la voluntad de Dios
concerniente a él, y tropiece y caiga en la perdición...
Que nadie descuide el impartir instrucción fiel y sencilla sobre el
diezmo. Dése instrucción con respecto a entregar al Señor lo que él
reclama como suyo; pues el encomio del Señor no descansará sobre
un pueblo que le robe en los diezmos y las ofrendas. Habrá necesidad
de presentar repetidamente ante la gente su deber en este asunto para
que los hombres consagren a Dios lo que le pertenece. Sea fiel en
tratar este asunto aquel que presenta primero la verdad, y el que sigue
atendiendo el interés también haga claros los requerimientos de Dios
en materia del diezmo, para que la gente pueda ver que en todos los
puntos los obreros están enseñando la misma verdad y son unánimes
en instarlos a prestar obediencia a todos los requerimientos de Dios.
Pero tengan los obreros discreción y no den manjar sólido a los
que son infantes; alimentadlos con la genuina leche de la Palabra. No
mezcléis en ningún caso vuestro propio espíritu e ideas con la verdad
encubriendo los preceptos de Dios con tradiciones o suposiciones.
Tenga la gente la verdad como es en Jesús.—
Manuscrito 39, 1895
.
[187]
Una obra descuidada
—Hemos de dar el mensaje de amones-
tación al mundo, y ¿cómo estamos haciendo nuestra obra? ¿Estáis
vosotros, hermanos, predicando la parte de la verdad que agrada a la
gente, mientras otras partes de la obra se dejan incompletas? ¿Será