Página 264 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
suben por la escalera resplandeciente por la cual ellos están tratando
de subir.—
Joyas de los Testimonios 2:317, 318 (1900)
.
El ser miembros de la iglesia
—La relación de Cristo y su igle-
sia es muy íntima y sagrada: él es el esposo y la iglesia la esposa;
él la cabeza, y la iglesia el cuerpo. La relación con Cristo entraña,
pues, la relación con la iglesia.—
La Educación, 261 (1903)
.
Satanás se opone a que se unan a la iglesia
—Es el esfuerzo
estudiado de él [Satanás] inducir a los profesos cristianos a alejarse
tanto como sea posible de las disposiciones del cielo; por lo tanto,
engaña aun a los profesos hijos de Dios y les hace creer que el
orden y la disciplina son enemigos de la espiritualidad; que la única
seguridad para ellos consiste en dejar que cada uno siga su propia
conducta, y permanezca especialmente distinto y alejado de las
congregaciones de cristianos que están unidos y trabajando para
establecer la disciplina y la armonía de acción. Todos los esfuerzos
en ese sentido, son considerados como peligrosos, una restricción
de la libertad a que tienen derecho, y por lo tanto se los teme como
al papismo. Estas almas engañadas consideran que es una virtud
jactarse de su libertad para pensar y actuar independientemente.
Ellos no aceptarán al pie de la letra el dicho de ningún hombre. No
se haeen responsables ante ningún hombre. Ha sido la obra especial
de Satanás, y sigue siéndolo, el inducir a los hombres a sentir que
Dios les ordena marchar por sí mismos, y elegir su propio orden,
independientemente de sus hermanos.—
Carta 32, 1892
.
Sin Cristo, el bautismo es un rito sin valor
—Es la gracia de
Cristo la que da vida al alma. Fuera de Cristo, el bautismo, como
cualquier otro rito, es una forma sin valor. “El que es incrédulo
al Hijo, no verá la vida”.—
El Deseado de Todas las Gentes, 152
(1898)
.
Se requiere la conversión y no solamente el bautismo
—La
salvación no está en el bautismo, no se recibe con tener los nombres
inscriptos en los libros de la iglesia, no se obtiene predicando la
verdad. La salvación se consigue mediante una unión vivificante con
Cristo que renueva el corazón, y al hacer las obras de Cristo con fe
y al trabajar con amor, paciencia, humildad y esperanza. Cada alma
unida con Cristo será un misionero viviente para todos los que la
rodean.—
Carta 55, 1886
.