Página 270 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
almas, permitir que sus pequeñas posesiones temporales absorban
sus mentes y sus corazones, impidiéndoles cumplir con la alta vo-
cación que profesan haber recibido de Dios?—
Testimonies for the
Church 2:540, 541 (1870)
.
Hay pérdida cuando se deja la obra inconclusa
—¿Qué ánimo
tenemos—qué ánimo podríamos tener—para llevar a cabo series de
conferencias en diferentes lugares que consumen en extenso grado
nuestras fuerzas y nuestra vitalidad, para luego retirarnos y dejar que
todo se deshaga sin que haya nadie que se haga cargo del trabajo?
A continuación hablaré de lo que yo he experimentado. Después
de desembarcar en los Estados Unidos, de vuelta de un viaje por
Europa, no fui a una casa sino que me dirigí a un hotel y allí co-
mí, y luego me fui a -----. Ese era el lugar entre todos los demás,
donde habría que haber puesto un obrero para que consolidase el
trabajo. Había allí gente adinerada y profundamente convencida.
Había surgido en aquel lugar un interés admirable. La gente acudía
a las reuniones y se sentaba y escuchaba con lágrimas en los ojos;
estaban muy impresionados; pero se terminó el trabajo en ese lugar
sin dejar a nadie que atendiese a los simpatizantes; así se permitió
que todo el trabajo se deshiciese. Estas situaciones no agradan a
Dios. Pueden ocurrir dos cosas: o estamos abarcando demasiado
terreno y proponiéndonos hacer demasiado trabajo, o bien no se
están haciendo los planes en la forma debida.—
Manuscrito 19b,
1890
.
Les crean un campo difícil a los demás
—Los pastores que no
son hombres de piedad vital, que crean interés entre la gente pero
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dejan la obra sin terminar, crean un campo excesivamente difícil
para que otros entren y terminen la obra que ellos han dejado de
completar. Estos hombres serán probados; y si no hacen su obra
más fielmente, después de una nueva prueba que se les dé, serán
dejados a un lado como personas que obstruyen el terreno y atalayas
infieles.—
Testimonies for the Church 4:317 (1879)
.
Resultados de una obra descuidada
—Afianzad cabalmente
vuestra obra. No dejéis hilos sueltos para que otros los recojan. No
desagradéis a Cristo. Determinaos a tener éxito, y mediante la fuerza
de Cristo podréis dar una prueba completa de vuestro ministerio...
Nada es más desanimador para el adelanto de la verdad presente
que una obra descuidada hecha por algunos de los ministros en las