La confirmación y retención de los nuevos conversos
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de ellas. Durante las reuniones, muchas personas que son conven-
cidas por el Espíritu, pueden experimentar vivamente el deseo de
comenzar a vivir la vida cristiana; pero a menos que los obreros
encargados de cultivar el interés ejerzan una vigilancia constante, las
impresiones positivas realizadas en las mentes de la gente se torna-
rán indistintas. El enemigo, provisto de abundantes razonamientos
sutiles, aprovechará cada descuido de los obreros de Dios en la tarea
de velar por las almas con el celo de quienes deben rendir cuenta de
ese deber.—
The Review and Herald, 2 de marzo de 1905
.
Cread un baluarte alrededor de los nuevos conversos
—
Cuando se han realizado las decisiones, las fuerzas de los poderes
de las tinieblas se apoderan de las mentes que han sido convictas de
culpa pero que han resistido la persuasión del Espíritu Santo. Han
aceptado sus creencias a ciegas, y Satanás obra en esas mentes hasta
que se apodera de ellas una intensa oposición a la verdad y a todos
los que la creen, y llegan a pensar que están al servicio de Dios, tal
como Cristo nos dijo: “Cualquiera que os mate, pensará que rinde
servicio a Dios”.
Juan 16:2
.
Tal es el ardor que manifiestan. ¿Pero dónde está el ardor de los
que pertenecen al otro grupo? Uníos con el Espíritu para rodear a
nuestro pueblo y a nuestros jóvenes con un baluarte, para educarlos
y prepararlos. Debemos hacer esto, y debemos hacer avanzar la
verdad de Dios a cualquier costo. Nosotros entendemos algo acerca
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de esto, pero hay muchos que no comprenden nada, y por lo tanto
debemos guiarlos e instruirlos bondadosamente y con ternura, y si el
Espíritu de Dios está con nosotros, sabremos qué es lo que debemos
decir.—
Manuscrito 42, 1894
.
Comprensión del propósito abarcante de Dios
—El estudiante
debería aprender a mirar la Biblia como un todo y a ver la relación de
sus partes. Debería adquirir el conocimiento de su gran tema central,
del propósito original de Dios para con el mundo, el comienzo de la
gran controversia, y de la obra de la redención. Debería comprender
la naturaleza de los dos principios que luchan por la supremacía
y aprender a rastrear su obra a través de los sucesos de la historia
y la profecía, hasta la gran consumación. Debería observar cómo
interviene esta controversia en todos los aspectos de la vida humana;
cómo revela él mismo en cada acto de la vida uno u otro de ambos
motivos antagónicos; y cómo, lo quiera o no, ahora mismo está