Página 330 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
Hay que trabajar la ciudad de Nueva Orleans. En el momento
conveniente del año hay que efectuar un ciclo de conferencias públi-
cas. Hay que efectuar reuniones de reavivamiento en muchos lugares,
y después de que éstas terminen hay que llevar a cabo campañas de
evangelización. Así es como se reunirán las gavillas.
Ahora que es necesario trabajar con más plenitud en Nueva
Orleans, se me ha pedido que diga: Tanto hombres como mujeres
que poseen conocimiento de la verdad y que comprenden el camino
del Señor entren en esta ciudad para trabajar con sabiduría y en
el temor del Señor. Los obreros que sean elegidos para trabajar en
Nueva Orleans deberían ser los que se preocupan sinceramente del
bien de la causa, personas que siempre tengan en cuenta la gloria de
Dios y que pongan la fortaleza del Dios de Israel como su vanguardia
y su retaguardia. El Señor ciertamente oirá y contestará las oraciones
de sus obreros si éstos buscan su consejo y su instrucción.
[293]
A los obreros que vayan a ese campo quiero decirles: Ejerced fe
en Dios; y en vuestra asociación con personas que no son de nuestra
fe, dejad que la práctica de la verdad se manifieste en vuestras vidas.
Al presentar las doctrinas de vuestra fe, emplead los argumentos
persuasivos de la Palabra de Dios, y dejad que vuestros oyentes
comprendan que no deseáis entrar en controversia con ellos en lo
que atañe a sus creencias, sino que anheláis presentarles un “Así
dice Jehová”. “Escrito está”, fue la enérgica exhortación presentada
por Cristo en cada caso.
Predicad por medio de vuestras vidas la piedad práctica de la
fe que creéis. Dejad ver que la verdad nunca degrada a quien la
recibe haciéndolo áspero y vulgar o irritable e impaciente. Poned de
relieve ante todos vuestra paciencia, bondad, longanimidad, dulzura,
compasión y verdadera piedad; porque estos atributos constituyen
la expresión del carácter de Dios a quien servís.—
Manuscrito 49,
1907
.
Obreros para la zona del sur
—Trabajen los misioneros sose-
gadamente tanto en favor de los blancos como de la gente de color
en el Sur. Deben trabajar de modo que puedan ayudar a los más
necesitados, a los que están rodeados por influencias engañosas.
Muchos de ellos se hallan bajo el control de quienes pueden excitar
las pasiones más bajas del corazón humano. Los sacerdotes y los
dirigentes de los días de Cristo trabajaron con éxito para excitar las