Página 350 - El Evangelismo (1994)

Basic HTML Version

346
El Evangelismo
La cosecha en el norte de Europa es evidente
—Se me ha mos-
trado que en el norte de Europa hay muchas personas que han acepta-
do la verdad por medio de la lectura. Sus almas estaban hambrientas
de luz y conocimientos cuando algunos folletos o revistas llegaron
a sus manos, y así fue como me fueron presentados en el acto de
leer. Las necesidades debido sus almas quedaron insatisfechas; el
Espíritu de Dios enterneció e impresionó sus corazones; había lágri-
mas en sus ojos y los sollozos subían de sus corazones acongojados.
Se arrodillaron con los folletos en sus manos, y pidieron al Señor
fervorosamente que los guiara y los ayudara a recibir la luz que
procedía de él. Algunos se entregaron a Dios. Había desaparecido
la incertidumbre; y cuando aceptaron la verdad sobre el sábado del
cuarto mandamiento, sintieron que en verdad estaban parados sobre
la Roca de la eternidad. Me fueron presentadas muchas personas
esparcidas en todo el norte de Europa, listas para aceptar la luz de la
verdad.—
The Advent Review Supplement, 6 de febrero de 1879
.
En el sur de Europa
Predicación y ministerio personal en Italia
—Se me ha habla-
do de los valles del Piamonte. Según la luz que se me ha dado, sé
que hay en todos esos valles almas preciosas que recibirán la verdad.
No conozco personalmente esos lugares pero me han sido presenta-
dos en relación con la obra de Dios en el pasado. Ahora debemos
conseguir que esa gente avance un paso más.
[311]
Los que trabajan en esos valles deben interesarse profundamente
en su obra, porque en caso contrario no tendrán éxito. Se presenta al
tercer ángel volando en el medio del cielo. La obra debe ser llevada a
cabo con toda celeridad. Deben mantenerse en condiciones de poder
trabajar, y deben laborar con inteligencia y consagración, y estar
preparados por la gracia de Dios para hacer frente a la oposición.
No sólo han de predicar, sino también ministrar. Mientras traba-
jan deben realizar un esfuerzo personal en favor de la gente, y deben
comunicarse corazón a corazón con ellas cuando les presentan las
Escrituras. Al comienzo puede ser que haya unos pocos por aquí
y otros pocos por allá que acepten la verdad, pero cuando éstos se
conviertan por completo, trabajarán en favor de otros y pronto, con el