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El Evangelismo
de recibir o rechazar la ilustración divina. Dios no permitirá que esta
preciosa obra hecha para él quede sin recompensa. Coronará de éxito
todo esfuerzo humilde hecho en su nombre.—
Obreros Evangélicos,
200 (1915)
.
La obra bíblica es un método cabal
—En toda ciudad donde se
inicia la obra, ha de colocarse un sólido fundamento para una obra
permanente. Han de seguirse los métodos del Señor. Efectuando
trabajo de casa en casa, dando estudios bíblicos en el círculo de
las familias, el obrero puede obtener acceso a muchas personas que
están buscando la verdad. Por medio del estudio de las Escrituras, de
la oración y el ejercicio de la fe, el obrero ha de enseñar a la gente
el camino del Señor.—
Testimonies for the Church 7:38 (1902)
.
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En algunos lugares la obra bíblica es mejor que el esfuerzo
público
—Se me mostró en cierta oportunidad un lugar en el cual se
había realizado un esfuerzo público en carpa. Se hicieron grandes
preparativos, y los gastos fueron cuantiosos. Se trabajó lo suficiente
como para despertar a toda la comunidad, y en un sentido ésta fue
despertada; pero fue despertada para que la gente se precaviera de
los peligrosos errores sostenidos por los que predicaban la verdad.
Se dio la voz de alarma, y se repitieron vez tras vez falsedades.
Se instó a la gente a no asistir, con gran resultado. Los obreros se
vieron chasqueados en sus esfuerzos, porque solamente unos pocos
asistieron para escuchar, y muy pocos decidieron obedecer la verdad.
Se me mostró ese mismo lugar en otra oportunidad. Vi a dos
obreros bíblicos sentados en el círculo de una familia. Con la Biblia
abierta ante ellos, presentaron al Señor Jesucristo como el Salvador
que perdona el pecado. Sus palabras fueron habladas con frescura
y poder. Se ofreció una fervorosa oración a Dios, y los corazones
fueron enternecidos y subyugados por la influencia dominante del
Espíritu de Dios. A medida que la Palabra de Dios era explicada,
vi una luz suave y radiante que iluminaba las Escrituras y dije
suavemente: “Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a
entrar, para que se llene mi casa”.
Estos obreros no se jactaban, sino que eran humildes y contritos
de corazón, dándose cuenta siempre de que el Espíritu Santo era
su eficiencia. Bajo su influencia divina, la indiferencia se disipó,
manifestándose un fervoroso interés. La preciosa luz fue comuni-
cada de vecindario en vecindario. Altares familiares que habían