Página 386 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
mejor que las mujeres cristianas que están practicando ellas mismas
la verdad?—
The Review and Herald, 10 de diciembre de 1914
.
Como consejera, compañera y colaboradora
—La mujer, si
aprovecha sabiamente su tiempo y sus facultades, confiando en Dios
para obtener sabiduría y fuerza, puede estar en un pie de igualdad
con su esposo como consejera, compañera y colaboradora, y sin
embargo, no perder su gracia o modestia femenina. Puede elevar su
propio carácter, y a medida que lo hace, va elevando y ennobleciendo
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el carácter de su familia, y ejerciendo una poderosa aunque incons-
ciente influencia sobre los que la rodean. ¿Por qué no habrían las
mujeres de cultivar el intelecto? ¿Por qué no habrían de responder
al propósito de Dios para su vida? ¿Por qué no podrían ellas darse
cuenta de sus propias facultades, conscientes de estos poderes que
les son dados por Dios, luchar para hacer uso de ellos en la medida
máxima para servir a los demás, para hacer progresar la obra de
reforma, de verdad y de verdadero bien al mundo? Satanás sabe que
las mujeres tienen un poder de influencia para el bien o para el mal;
por lo tanto él trata de alistarlas en su causa (
Good Health,
junio,
1880).
El poder de una vida consecuente
—Las esposas, las madres y
las obreras jóvenes tienen una misión admirable. Si así lo desean,
pueden ejercer a su alrededor una influencia para el bien. Pueden
dar testimonio en favor de la sencillez de la verdad siendo modestas
en el vestir y comportándose discretamente. Así pueden hacer brillar
su luz delante de todos para que otros puedan ver sus buenas obras
y glorificar a su Padre que está en los cielos. Una mujer verdadera-
mente convertida ejercerá una poderosa influencia transformadora
en favor del bien. Puede ayudar a su esposo en su trabajo y al mismo
tiempo estimularlo y ser una bendición para él. Cuando la voluntad
y la conducta se sujetan al Espíritu de Dios, no hay límite para el
bien que puede realizarse.—
Manuscrito 91, 1908
.
Deben aprender a llevar la carga
—Nuestras hermanas, las
jóvenes, las de edad madura y las ancianas, pueden desempeñar una
parte en la terminación de la obra para este tiempo; y al hacerlo a
medida que tienen oportunidad obtendrán una experiencia del valor
más alto. Al olvidarse del yo crecerán en la gracia. Al ejercitar la
mente en esta dirección, aprenderán cómo llevar cargas para Jesús.—
The Review and Herald, 2 de enero de 1879
.