Página 385 - El Evangelismo (1994)

Basic HTML Version

El instructor bíblico
381
Dios, y que no sienten la deshonra que están infligiendo a Cristo
quien las ha comprado por precio.
Cuando las mujeres creyentes sientan preocupación por las almas
y por los pecados de los demás, estarán trabajando en la forma
[341]
como Cristo lo hizo. No considerarán demasiado grande ningún
sacrificio que deban realizar para ganar almas para Cristo. Y todos
los que sienten este amor por las almas, son nacidos de Dios; están
preparados para seguir en sus pisadas, y sus palabras y voz serán
talentos empleados al servicio del Maestro; el nutrimento mismo
que fluye de la cepa madre hacia sus propias almas refluirá en forma
evidente por los conductos del amor hacia las almas que se están
marchitando y secando.
En esta obra hay una fuente de educación constante. El deseo
de llegar a ser una bendición para los demás pone de manifiesto la
debilidad y la ineficacia del obrero. Este lleva el alma hacia Dios en
oración, y el Señor Jesús proporciona luz y su Espíritu Santo, y así
se llega a comprender que es Cristo el que quebranta y derrite los
corazones duros.—
Carta 133, 1898
.
Se las necesita en varios ramos de la obra
—En las variadas
ramas de la causa de Dios hay un amplio campo en el cual nuestras
hermanas pueden rendir un buen servicio para el Maestro. Mu-
chos ramos de trabajo misionero son descuidados. En las diferentes
iglesias, mucho trabajo que se deja sin hacer, o que se hace imperfec-
tamente, podría realizarse bien con la ayuda de nuestras hermanas,
si son debidamente instruidas. Por medio de los diversos ramos del
esfuerzo misionero local, ellas pueden alcanzar una clase de perso-
nas a las cuales no llegan nuestros pastores. Entre las nobles mujeres
que tuvieron el valor moral de decidirse en favor de la verdad para
este tiempo, se encuentran muchas que tienen tacto, percepción y
habilidad, y que pueden llegar a ser obreras de éxito. Se necesitan
las labores de tales mujeres cristianas.—
The Review and Herald, 10
de diciembre de 1914
.
La parte de las mujeres en la evangelización
—En las diversas
ramas de la obra misionera local, la mujer modesta e inteligente pue-
de usar sus facultades hasta su más alta posibilidad. ¿Quién puede
tener un amor tan profundo por las almas de los hombres y mujeres
por los cuales Cristo murió, como aquellos que son participantes de
su gracia? ¿Quién puede representar la verdad y el ejemplo de Cristo