Página 394 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
a contestar toda pregunta hecha. Día tras día, habéis de estar ence-
rrados, por así decirlo, con Jesús; y entonces vuestras palabras y
vuestro ejemplo tendrán una fuerte influencia para el bien.—
Obreros
[349]
Evangélicos, 111 (1915)
.
Urge tener más instructores bíblicos preparados
—Quisiera
crear un fondo para costear el sueldo de esas mujeres devotas que
son los obreros más útiles para dar estudios bíblicos. También me
siento inducida a decir que debemos educar a más obreros para dar
estudios bíblicos.—
Carta 83, 1899
.
Los requisitos de los instructores bíblicos
El calibre de las mujeres para la obra de Dios
—Se necesitan
mujeres de principios firmes y de carácter decidido, mujeres que
crean que en realidad vivimos en los últimos días, y que tenemos
el último solemne mensaje de amonestación que debe ser dado al
mundo. Deben sentir que están ocupadas en una obra importante,
en el esparcimiento de los rayos de luz que el cielo ha hecho brillar
sobre ellas. Nada disuadirá a esta clase de personas de su deber. Nada
las desanimará en la obra. Tienen fe para trabajar para el tiempo
y para la eternidad. Temen a Dios y no serán desviadas de la obra
por la tentación de posiciones lucrativas y perspectivas atrayentes.
El sábado del cuarto mandamiento es guardado en forma sagrada
por ellas, porque Dios ha colocado su santidad sobre él y les ha
ordenado observarlo. Preservarán su integridad a toda costa... Son
ellas las personas que representarán correctamente nuestra fe, cuyas
palabras serán habladas con propiedad, como manzanas de oro con
figuras de plata... Hermanas, Dios os llama a trabajar en el campo
de la mies y ayudar a reunir las gavillas.—
The Review and Herald,
19 de diciembre de 1878
.
Energías frescas y no estropeadas
—A fin de que la obra pueda
avanzar en todos los ramos, Dios pide vigor, celo y valor juveniles.
El ha escogido a los jóvenes para que ayuden en el progreso de su
causa. Para hacer planes con mente clara y ejecutarlos con mano
valerosa, se requiere energía fresca y no estropeada. Los jóvenes
están invitados a dar a Dios la fuerza de su juventud, para que por el
ejercicio de sus poderes, por reflexión aguda y acción vigorosa, le