Página 393 - El Evangelismo (1994)

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El instructor bíblico
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a menos que hayan desarrollado un principio firme y concienzudo
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para ser todo lo que Dios quisiera que fueran, no representarán co-
rrectamente nuestra causa y nuestra obra para este tiempo solemne.
Nuestras hermanas encargadas de esta obra en toda misión, de-
ben tener una profundidad de experiencia obtenida de los más ex-
perimentados y que comprenden las maneras y formas de trabajar.
Las actividades misioneras resultan constantemente perjudicadas
por la carencia de obreros que tengan la debida clase de mentali-
dad, y la devoción y piedad que representen correctamente nuestra
fe.—
Christian Education, 45, 46 (1894)
.
La obra exige inteligencia
—Los jóvenes no deben asumir la
obra de explicar las Escrituras y dar conferencias sobre las profecías,
cuando no tienen un conocimiento de las importantes verdades
bíblicas que tratan de explicar a los demás. Pueden ser deficientes
en los ramos comunes de la educación, y por lo tanto dejar de hacer
la cantidad de bien que podrían hacer si hubieran tenido las ventajas
de una buena escuela. La ignorancia no aumentará la humildad o la
espiritualidad de ningún profeso seguidor de Cristo. Las verdades
de la Palabra divina pueden ser apreciadas mejor por un cristiano
intelectual. Cristo puede ser glorificado mejor por aquellos que
lo sirven con inteligencia. El gran propósito de la educación es
habilitarnos para usar las facultades que Dios nos ha dado, de una
manera tal que represente mejor la religión de la Biblia y promueva
la gloria de Dios.—
Testimonies for the Church 3:160 (1872)
.
Obreros cabalmente preparados
—Se representa al tercer án-
gel volando por en medio del cielo, lo cual muestra que el mensaje
ha de surcar la anchura y la longitud de la tierra. Es el mensaje más
solemne que jamás fuera dado a los mortales, y todos los que se
relacionan con la obra deben, en primer lugar, sentir su necesidad de
una educación, y de un proceso de preparación bien completo para la
obra, con referencia a su futura utilidad; y debe haber planes hechos
y esfuerzos realizados para el progreso de esa clase de personas
que esperan relacionarse con alguno de los ramos de la obra.—
The
Review and Herald, 21 de junio de 1887
.
El maestro debe conocer los verdaderos principios de la ver-
dad
—Aseguraos de que conocéis realmente los principios de la
verdad; y luego, al tratar con opositores, no lo haréis en vuestra
propia fuerza; un ángel de Dios estará a vuestro lado, para ayudaros