Página 396 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
tratáis de enseñar.—
Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática,
33 (1892)
.
Valor, fuerza, energía, perseverancia
—La vida cristiana es
más de lo que muchos se la representan. No consiste toda ella en
dulzura, paciencia, mansedumbre y benevolencia. Estas virtudes
son esenciales; pero también se necesita valor, fuerza, energía y
perseverancia. La senda que Cristo señala es estrecha y requiere
abnegación. Para internarse en ella e ir al encuentro de dificultades
y desalientos, se requieren hombres y no seres débiles...
Algunos no tienen firmeza de carácter. Sus planes y propósitos
carecen de forma definida y de consistencia. De poco sirven en
el mundo. Esta flaqueza, indecisión e ineficacia deben vencerse.
Hay en el verdadero carácter cristiano algo indómito que no pueden
sojuzgar las circunstancias adversas. Debemos tener enjundia moral,
una rectitud inaccesible al temor, al soborno y a la adulación.—
El
[351]
Ministerio de Curación, 397, 398 (1905)
.
Vigilancia y precisión
—La causa de Dios exige hombres que
puedan ver rápidamente y actuar en forma instantánea en el debido
momento y con poder. Si esperáis medir cada dificultad y pesar
cada perplejidad a la cual hacéis frente, haréis muy poco. Tendréis
obstáculos y dificultades a cada paso, y debéis con firme propósito
decidir vencerlos o de lo contrario os vencerán.—
Testimonies for
the Church 3:497 (1875)
.
Método y rapidez en toda obra
—Vuestra habitación puede
contener muchos pequeños adornos colocados allí para provocar
admiración; pero si tenéis en cuenta la gloria de Dios, haríais bien
en retirar esos pequeños ídolos. Al sacarlos, quitarles el polvo y vol-
verlos a colocar en su lugar, se pierden muchos momentos preciosos
que deberían emplearse en un trabajo útil. Pero si no quitáis esas
chucherías, entonces hay otra lección que debéis aprender. Debéis
ser expeditivos. No toméis soñadoramente cada adorno, mantenién-
dolo en la mano como si os resistierais a devolverlo a su lugar.
Los que son lentos en sus movimientos tienen el deber de mejorar
en este sentido. El Señor ha dicho: “En lo que requiere diligencia,
no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”.
Romanos
11:12
.
En la tarea de preparar las comidas, haced vuestros cálculos y
asignaos todo el tiempo que la experiencia os indique que necesi-