Página 411 - El Evangelismo (1994)

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La evangelización por medio del canto
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Un eslabón que une con Dios
—Debe haber una conexión vi-
viente con Dios mediante la oración, una conexión viva con Dios en
cantos de alabanza y agradecimiento.—
Carta 96, 1898
.
Para resistir al enemigo
—Cuando Cristo era niño, como estos
niños que están aquí, fue tentado a pecar, pero no se rindió a la
tentación. Cuando llegó a tener más edad, fue tentado, pero los
cantos que su madre le había enseñado a entonar, acudían a su mente,
y él elevaba su voz en alabanza. Y antes de que sus compañeros lo
advirtieran, estaban cantando juntamente con él. Dios quiere que
usemos toda facilidad que el cielo nos ha proporcionado, para resistir
al enemigo.—
Manuscrito 65, 1901
.
[364]
Llevemos la alegría del cielo
—El rayar del alba lo encontraba
a menudo en algún retiro, sumido en la meditación, escudriñando
las Escrituras, o en oración. Con su canto daba la bienvenida a la
luz del día. Con himnos de acción de gracias amenizaba las horas
de trabajo, y llevaba la alegría del cielo a los rendidos por el trabajo
y a los descorazonados.—
El Ministerio de Curación, 46 (1905)
.
El canto de alabanza
—A menudo [Cristo] expresaba su alegría
cantando salmos e himnos celestiales. A menudo los moradores de
Nazaret oían su voz que se elevaba en alabanza y agradecimiento a
Dios. Mantenía comunión con el cielo mediante el canto; y cuando
sus compañeros se quejaban por el cansancio, eran alegrados por
la dulce melodía que brotaba de sus labios. Sus alabanzas parecían
ahuyentar a los malos ángeles, y como incienso, llenaban el lugar
de fragancia. La mente de los que lo oían se alejaba del destierro
que aquí sufrían para elevarse a la patria celestial.—
El Deseado de
Todas las Gentes, 54 (1898)
.
Un arma contra el desánimo
—Si hubiera mucho más alabanza
al Señor y mucho menos tristes relatos de desánimos, se ganarían
muchas más victorias.—
Carta 53, 1896
.
Demos expresión a la alabanza y a la acción de gracias en nuestro
canto. Cuando somos tentados, en vez de dar expresión a nuestros
sentimientos, entonemos con fe un canto de acción de gracias a Dios.
El canto es un arma de la cual podemos siempre hacer uso contra
el desaliento. Abriendo así nuestro corazón a los rayos de luz de la
presencia del Salvador, encontraremos salud y tendremos bendición
de él.—
El Ministerio de Curación, 241, 242 (1905)
.