Página 427 - El Evangelismo (1994)

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La evangelización y la obra médica
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y señalar tiernamente a todos a Aquel de cuyo amor y piedad el
obrero humano es tan sólo el mensajero. Brota la gratitud. La fe es
encendida. Advierten que Dios cuida de ellos, y están preparados
para escuchar cuando su Palabra es abierta.
Cuando los hijos de Dios se consagren a esta obra, muchos se
asirán de la mano que se les tiende para salvarlos. Se sentirán cons-
treñidos a volverse de los malos caminos. Algunos de los rescatados
por la fe en Cristo, pueden elevarse a altos puestos de servicio, y
pueden serles encomendadas responsabilidades en la obra de salvar
almas. Conocen por experiencia las necesidades de las personas con
quienes trabajan; y saben cómo ayudarlas; saben qué medios pueden
ser mejor empleados para rescatar al que perece. Están llenos de
gratitud hacia Dios por las bendiciones que han recibido; sus corazo-
nes son vivificados por el amor, y sus energías son fortalecidas para
levantar a otros que nunca se levantarían sin ayuda.—
The Review
and Herald, 3 de agosto de 1905
.
La verdadera ciencia de la obra misionera médica
—El es-
tudio de la cirugía y de otros ramos de la ciencia médica recibe
mucha atención en el mundo, pero la verdadera ciencia de la obra
misionera médica, practicada en la forma como Cristo la practicó,
es algo nuevo y desconocido para las iglesias denominacionales y
el mundo. Pero encontrará su debido lugar cuando la gente que ha
tenido gran luz, los adventistas del séptimo día, despierten a sus
responsabilidades y aprovechen las oportunidades que tienen.
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Los jóvenes y señoritas debieran prepararse para dedicarse a la
obra misionera médica como médicos y enfermeras. Pero antes que
estos obreros sean enviados al campo deben dar evidencia de que
poseen un espíritu de servicio, de que están respirando una atmósfera
misionera médica, y que están preparados para la obra evangélica.
Los alumnos debieran prepararse para la obra misionera de avan-
zada. Los misioneros médicos que son enviados a países extranjeros
debieran recibir en primer término una educación muy cuidadosa.
Son embajadores de Cristo y deben trabajar para él con toda la habi-
lidad que posean, orando fervorosamente para que el gran Médico se
compadezca y salve por medio de su poder milagroso.—
Manuscrito
33, 1901
.
La verdadera obra misionera médica
—La lección que nece-
sitamos aprender es: ¿Cuál es la verdadera obra misionera médica