Página 433 - El Evangelismo (1994)

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La evangelización y la obra médica
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de ellas podrían prevenirse si se obedecieran las leyes de la salud.
Los hombres necesitan comprender la influencia de los principios
de la salud sobre su bienestar, tanto para esta vida como para la
venidera. Necesitan despertar a su responsabilidad con respecto a la
habitación humana que su Creador les proporcionó como su morada,
y de la cual él desea que sean fieles mayordomos.
Millares de personas necesitan recibir instrucción—y la recibi-
rán gozosamente—con respecto a los sencillos métodos para tratar
a los enfermos, métodos que están sustituyendo el empleo de dro-
gas venenosas. Existe gran necesidad de instrucción respecto a la
reforma dietética. Los hábitos equivocados referentes al comer y el
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uso de alimentos malsanos, son responsables en gran medida de la
intemperancia, el crimen y la miseria que maldicen al mundo.
Al enseñar los principios higiénicos, mantened ante la mente el
gran objetivo de la reforma; que su propósito es lograr el más alto
desarrollo del cuerpo, de la mente y del alma. Mostrad que las leyes
de la naturaleza, siendo leyes de Dios, han sido establecidas para
nuestro bien; que su obediencia promueve la felicidad en esta vida y
ayuda a prepararse para la vida venidera.
Estimulad a la gente a estudiar ese maravilloso organismo, el
organismo humano, y las leyes por las cuales se gobierna. Los que
perciban las evidencias del amor de Dios, los que comprendan algo
del amor, la sabiduría y la magnificencia de sus leyes, y los re-
sultados de su obediencia, llegarán a considerar sus deberes y sus
obligaciones desde un punto de vista completamente distinto. En
lugar de considerar la observancia de las leyes de la salud como un
asunto de sacrificio o de abnegación, tendrán de él el concepto que
realmente corresponde: lo tendrán como una inestimable bendición.
Todo obrero evangélico debiera sentir que enseñar los principios
de una vida sana es parte de la tarea que le ha sido señalada. Hay
gran necesidad de esta clase de trabajo, y el mundo está abierto a su
realización.—
Counsels on Health, 389, 390 (1914)
.
Hay que dar instrucción sobre métodos culinarios saluda-
bles
—Deberían instituirse clases culinarias para dar a las familias
instrucciones tocantes al arte de preparar alimentos sanos. Las per-
sonas jóvenes y las de edad adulta deberían aprender a cocinar con
más sencillez. En todo lugar donde la verdad sea presentada, debe
enseñarse a la gente a preparar alimento de un modo sencillo a la