Página 457 - El Evangelismo (1994)

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La obra en favor de ciertas clases especiales
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en cuenta. Miles de hombres ricos han bajado a la tumba sin ser
amonestados, porque se los juzgó por la apariencia y se los pasó por
alto como casos sin esperanza. Pero, por indiferentes que parezcan,
se me ha mostrado que muchos miembros de esta clase sienten
preocupaciones en su alma. Hay miles de ricos que sienten hambre
de alimento espiritual. Muchos de los que ocupan cargos oficiales
sienten su necesidad de algo que no poseen. Pocos de ellos van a la
iglesia; porque no les parece que reciban beneficio. La enseñanza
que reciben no conmueve el alma. ¿No haremos un esfuerzo personal
en su favor?—
Joyas de los Testimonios 2:386, 387 (1900)
.
Obreros inteligentes para alcanzar las clases más elevadas
No se ha hecho el esfuerzo que debiera haberse efectuado para
alcanzar las clases superiores. Aun cuando hemos de predicar el
Evangelio a los pobres, hemos de presentarlo también en su aspecto
más atractivo a aquellos que tienen habilidad y talento, haciendo
esfuerzos mucho más sabios, resueltos y piadosos de lo que hemos
hecho hasta ahora para ganarlos para la verdad.
Pero a fin de hacer esto, todos los obreros tendrán que mante-
nerse en un alto nivel de inteligencia. No pueden hacer esta obra
y reducirse a un plano bajo y común, creyendo que no importará
mucho cómo trabajen o cómo hablen, puesto que están trabajando
por las clases pobres e ignorantes. Han de aguzar el ingenio y estar
armados y equipados a fin de presentar la verdad inteligentemente
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y alcanzar a las clases más elevadas. Sus mentes deben elevarse a
mayores alturas, y demostrar mayor vigor y claridad...
Una razón por la cual hasta ahora no se ha trabajado en favor de
las clases más elevadas como lo he presentado ante vosotros, es la
falta de fe y de verdadero valor en Dios.—
Manuscrito 14, 1887
.
Un anzuelo con la debida carnada
—Las personas inteligentes
y refinadas son demasiado a menudo pasadas por alto. El anzuelo
no está preparado con la debida carnada para esta clase de personas,
y no se idean con oración maneras y métodos para alcanzarlos con
la verdad que puede hacerlos sabios para la salvación. Por lo gene-
ral, los hombres elegantes, los ricos, los orgullosos, entienden por
experiencia que la felicidad no ha de obtenerse por la cantidad de
dinero que poseen, o por costosos edificios, muebles y cuadros or-
namentados. Necesitan algo que no tienen. Pero esta clase responde
a una atracción mutua, y es difícil hallar acceso a ella; y a causa de