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El Evangelismo
cubiertos de césped, se hacía un descanso y se daba una corta lección
de la naturaleza. Era notable ver que en esos días en que los niños
podían caminar por los campos, eran muy silenciosos y ordenados
en el campamento. La asistencia a las reuniones de la mañana, en
las que estaban presentes solamente los niños del campamento, era
de sólo treinta. Por la tarde cuando venían los niños de la escuela
del vecindario, había de cincuenta a sesenta.—
Manuscrito 27, 1895
.
Alcancemos a los padres por medio de los hijos
—Nuestros
congresos son uno de los medios más importantes de nuestra obra.
En todo congreso debiera hacerse trabajo por los niños. Eduquen
obreros capaces constantemente a los niños. Pedid la bendición del
Señor sobre la simiente sembrada, y la convicción del Espíritu de
Dios se posesionará aun de los pequeños. Por medio de los hijos
serán alcanzados muchos padres.—
Manuscrito 52, 1900
.
En los centros de turismo
Por qué Jesús eligió a Capernaum
—El Salvador, en su minis-
terio terrenal aprovechó las oportunidades que se le presentaban a lo
largo de los caminos. Jesús moraba en Capernaum en los intervalos
de sus viajes, y ésta llegó a conocerse como “su ciudad”. Esa ciudad
se prestaba muy bien para ser el centro de trabajo del Salvador. Por
encontrarse en el camino de Damasco a Jerusalén y a Egipto, y al
mar Mediterráneo, era un centro sumamente concurrido por los via-
jeros. Gente de muchos países pasaba por ella o se detenía en ella
en sus viajes de un lugar a otro. Allí Jesús podía encontrarse con
gente de todas las nacionalidades y de todas las posiciones sociales,
con los ricos y los encumbrados tanto como con los pobres y los
humildes; y así sus enseñanzas serían llevadas a otros países y a
muchas familias. Así se estimularía la investigación de las profecías;
y en esa forma se dirigiría la atención hacia el Salvador, y su misión
sería llevada ante el mundo.—
Testimonies for the Church 9:121
(1909)
.
Para atraer la atención de las multitudes
—En los lugares de
curación o colonias de enfermos y en los centros de movimiento
turístico de renombre mundial atestados con miles de personas que
buscan salud y placer, debiera haber ministros y colportores capaces
de llamar la atención de las multitudes. Estén atentos esos obreros