El triunfo del mensaje
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Dios era obedecida, y en cada ciudad y cada pueblo, monumentos
eran levantados a su gloria. Su verdad era proclamada en todo el
mundo.—
Testimonios Selectos 5:145 (1909)
.
Veíase a centenares y miles de personas visitando las familias y
explicándoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos
por el poder del Espíritu Santo, y se manifestaba un espíritu de
sincera conversión. En todas partes las puertas se abrían de par en
par para la proclamación de la verdad. El mundo parecía iluminado
por la influencia divina.—
Testimonios Selectos 5:220 (1909)
.
Por medio de instrumentos humildes
—Cuando llegue el tiem-
po de hacerlo con gran poder [la proclamación del mensaje del tercer
ángel], el Señor obrará por conducto de humildes instrumentos, diri-
giendo el espíritu de los que se consagren a su servicio. Los obreros
serán calificados más bien por la unción de su Espíritu que por la
educación en institutos de enseñanza. Habrá hombres de fe y de
oración que se sentirán impelidos a declarar con santo entusiasmo
las palabras que Dios les inspire. Los pecados de Babilonia serán
denunciados. Los resultados funestos y espantosos de la imposición
de las observancias de la iglesia por la autoridad civil, las invasio-
nes del espiritismo, los progresos secretos pero rápidos del poder
papal—todo será desenmascarado. Estas solemnes amonestaciones
conmoverán al pueblo. Miles y miles de personas que nunca ha-
brán oído palabras semejantes, las escucharán.—
El Conflicto de los
Siglos, 664, 665 (1888)
.
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Multitudes se unirán al ejército del Señor
—Muchos... serán
vistos corriendo de aquí para allá impulsados por el Espíritu de Dios
para llevar la luz a otros. La verdad, la Palabra de Dios, es como
fuego en sus huesos, y los llena con un deseo ardiente de iluminar
a los que están en tinieblas. Muchos, aun entre los indoctos, ahora
proclaman las palabras del Señor. Los niños son impulsados por
el Espíritu para ir y declarar el mensaje del cielo. El Espíritu se
derrama sobre todos los que cedan a sus indicaciones, y arrojando
de lado toda maquinaria humana, sus reglas limitativas y métodos
cautelosos, declararán la verdad con el poder del Espíritu. Multitudes
recibirán la fe y se unirán a los ejércitos del Señor.—
The Review
and Herald, 23 de junio de 1895
.
Miles de voces hacen resonar la amonestación
—Vendrán sier-
vos de Dios con semblantes iluminados y brillantes de santa consa-