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El Evangelismo
luz e instrucción con respecto a cómo su obra ha de llevarse adelante:
de una manera elevada, refinada y concienzuda; y él se agrada de
aquellos que en su servicio realizan los designios divinos.—
The
Review and Herald, 14 de septiembre de 1905
.
En un plano elevado
—Durante los años del ministerio terrenal
de Cristo, mujeres piadosas colaboraron en la obra que el Salvador
y sus discípulos llevaban a cabo. Si los que se oponían a esta obra
hubiesen podido encontrar cualquier cosa extraña en la conducta de
esas mujeres, esto habría bastado para cerrar la obra de inmediato.
Pero mientras las mujeres trabajaban con Cristo y los apóstoles,
toda la obra era conducida en un plano tan elevado que la colocaba
por encima de toda sombra de sospecha. Las mentes de todos eran
dirigidas hacia las Escrituras, antes que a los individuos. La verdad
se proclamaba en forma inteligente y de manera tan sencilla que
todos podían comprenderla...
En este mensaje hay una admirable coherencia que atrae a la
razón. No podemos permitir que personas excitables actúen entre
nosotros de tal manera que pudieran destruir nuestra influencia sobre
la gente a quien deseamos alcanzar con la verdad.—
Manuscrito 115,
1908
.
Evitad los métodos indignos
—En tanto que es bueno ejercer
economía, la obra de Dios debe mantener siempre su elevada y noble
dignidad... No rebajéis la obra de Dios. Hay que presentarla como
algo que pertenece a Dios; que no lleve ninguna impronta humana,
sino la divina. El yo ha de perderse de vista en Jesús...
Se ha perdido mucho al seguir las ideas equivocadas de nuestros
buenos hermanos cuyos planes eran estrechos, y ellos rebajaban la
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obra a sus ideas y modalidades peculiares, de manera que las clases
más altas no eran alcanzadas. La apariencia de la obra impresionaba
las mentes de los no creyentes como si fuera de muy poco valor, co-
mo un movimiento disidente con teorías religiosas que no merecían
su atención. Mucho se ha perdido por falta de métodos sabios de
trabajo.
Debe hacerse todo esfuerzo posible para dar dignidad y carác-
ter a la obra. Deben realizarse esfuerzos especiales para obtener la
buena voluntad de los hombres que están en posiciones de responsa-
bilidad, sin sacrificar los principios de la verdad y la justicia, pero
sacrificando nuestros propios métodos y maneras de acercarnos a la