Los planes para la campaña pública
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reside en estos elementos externos, sino en una confiada dependencia
de Dios, en la oración fervorosa por ayuda, en la obediencia a la
Palabra divina. Ha de introducirse en la obra del Señor mucho más
oración, mucho más semejanza a Cristo, mucho más conformidad
con la voluntad de Dios. La ostentación exterior y el despliegue
extravagante de medios no realizarán la obra que debe hacerse.
La obra de Dios ha de ser llevada adelante con poder. Nece-
sitamos el bautismo del Espíritu Santo. Necesitamos comprender
que Dios añadirá a las filas de su pueblo hombres de habilidad e
influencia que han de hacer su parte en amonestar al mundo. No
todas las personas que hay en el mundo son licenciosas y perversas.
Dios tiene muchos miles que no han doblado la rodilla ante Baal.
Hay hombres y mujeres temerosos de Dios en las iglesias caídas. Si
esto no fuera así, no se nos daría el mensaje siguiente: “Ha caído,
ha caído la gran Babilonia”. “Salid de ella pueblo mío”. Muchos de
los honestos de corazón están esforzándose por obtener el aliento de
vida del cielo. Reconocerán o! Evangelio cuando éste les sea llevado
en la hermosura y sencillez con la cual es presentado en la Palabra
de Dios.—
Testimonies for the Church 9:109-111 (1909)
.
Obreros talentosos y experimentados para las ciudades don-
de no tenemos obra
—A los obreros experimentados habría que
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encomendarles la tarea de entrar en nuevos lugares. Hay que actuar
de tal modo que pueda mantenerse la sagrada dignidad de la obra.
Debemos recordar constantemente que los ángeles malignos obser-
van a fin de aprovechar las oportunidades para desbaratar nuestros
esfuerzos.
Hay que trabajar en las ciudades. Nos espera un tiempo de
grandes pruebas. Por lo tanto, que nadie albergue la vanidad en
su espíritu. Los que luchan por la corona de la vida deben hacerlo
lícitamente. Debemos emplear todas nuestras capacidades y dones
en la obra de salvar las almas que perecen, a fin de ganar a otros
para que lleguen a ser colaboradores con Cristo. El conocimiento
y las facultades que el Señor ha dado a los hombres y las mujeres
aumentarán notablemente a medida que trabajen para edificar su
reino.—
Manuscrito 19, 1910
.
De una manera elevada, refinada y concienzuda
—A través
de los siglos, Dios ha sido preciso con respecto al planeamiento y a
la realización de su obra. En esta época, él ha dado a su pueblo mucha