Página 68 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
Trabajad en salones
—Alquílense salones, y preséntese el men-
saje con tal poder que los oyentes resulten convencidos. Dios levanta-
rá obreros que ocuparán esferas peculiares de influencia, obreros que
llevarán la verdad a los lugares menos prometedores.—
Manuscrito
127, 1901
.
Grandes salones en nuestras ciudades
—Deben obtenerse
grandes salones en nuestras ciudades, para que el mensaje del tercer
ángel pueda ser proclamado por los labios humanos. Millares de
personas apreciarán el mensaje.—
Carta 35, 1895
.
Los salones más populares
—Se necesita dinero para llevar
el mensaje de amonestación a las ciudades. A veces es necesario
alquilar a gran costo los salones más populares, para que podamos
atraer a la gente. Entonces podremos darles la evidencia bíblica de
la verdad.—
Manuscrito 114, 1905
.
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Comenzad cautelosamente
—He sido y aún continúo siendo
instruida con respecto a las necesidades de la obra en las ciudades.
Debemos obtener los edificios silenciosamente sin definir todo lo que
intentamos hacer. Debemos usar gran sabiduría en lo que decimos,
no sea que nuestro camino resulte obstaculizado. Lucifer es un
trabajador ingenioso, que obtiene de parte de nuestros hermanos
todo el conocimiento que puede, a fin de, si tal cosa fuera posible,
desbaratar los planes trazados para despertar a nuestras ciudades.
Respecto de algunos asuntos, el silencio es elocuencia.—
Carta 84,
1910
.
Alquilad buenos salones
—En algunos lugares, la obra debe
empezar de una manera humilde y adelantar lentamente. Es todo
lo que los obreros pueden hacer. Pero en muchos casos, se podría
hacer desde el principio un esfuerzo más amplio y decidido, y se
obtendrían buenos resultados. La obra en ----- podría estar ahora
mucho más adelantada si nuestros hermanos, en los comienzos de
la obra allí, no hubiesen tratado de trabajar a tan poco costo. Si
hubiesen alquilado buenos salones, y ejecutado la obra como quienes
poseían grandes verdades, que iban seguramente a triunfar, habrían
tenido mayor éxito. Dios quiere que la obra empiece de tal manera
que las primeras impresiones hechas sean, hasta el lugar donde
alcancen, las mejores que pudieran hacerse.—
Obreros Evangélicos,
461 (1915)
.