Página 74 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
las masas. Mediante estas reuniones de reavivamiento celebradas
en las ciudades, miles de personas serán atraídas para que oigan la
invitación a la fiesta: “Venid, que ya todo está preparado”.
Lucas
14:17
.
Después de despertar el interés del público, no debemos terminar
estas reuniones, no debemos desarmar las carpas y dejar que la
gente piense que todo ha concluido, justamente en el momento
cuando cientos de personas han comenzado a manifestar interés.
Es precisamente entonces cuando puede llevarse a cabo una gran
cantidad de bien por medio de una obra realizada fielmente y con
fervor. Hay que dirigir las reuniones en tal forma que se mantenga
el interés del público.
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En algunos casos puede ser difícil contar con los servicios de los
oradores principales durante algunas semanas con el fin de aprove-
char el interés suscitado por las reuniones; puede resultar costoso
el alquiler del terreno y tener en pie una cantidad suficiente de car-
pas familiares con el objeto de mantener la apariencia de una serie
de reuniones de reavivamiento efectuadas en carpa; puede ser un
sacrificio para varias familias tener que acampar en tiendas con el
propósito de ayudar a los pastores y obreros bíblicos en la tarea de
visitar los hogares y de dar estudios bíblicos a los interesados, y para
invitar a la gente; pero los resultados de esto bien valen el esfuerzo
que debe realizarse. Ha sido mediante estos esfuerzos fervorosos
y enérgicos como algunas de nuestras reuniones de reavivamiento
han sido el instrumento para levantar iglesias fuertes y activas; y es
precisamente mediante esta obra decidida como el mensaje del ter-
cer ángel ha de llevarse a los habitantes de nuestras ciudades.—
The
Review and Herald, 4 de abril de 1899
.
Un trabajo organizado y de larga duración
—Algunas veces
un gran número de oradores colabora durante unos pocos días en
una serie de reuniones de reavivamiento, y justamente cuando el
interés de la gente ha comenzado a manifestarse plenamente, casi
todos ellos se van a otra reunión dejando en el lugar a dos o tres
oradores para que luchen contra la influencia deprimente ejercida
por la tarea de desarmar y transportar todas las carpas familiares.
Cuánto mejor sería en muchos casos si las reuniones se continua-
ran durante más tiempo; si de cada iglesia cercana vinieran algunos
miembros preparados para quedar en el lugar durante un mes o más a