Página 102 - Fe y Obras (1984)

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El hombre puede ser tan puro en su esfera como
Dios lo es en la suya
Parte del artículo “Se purifica a sí mismo”, publicado en The Signs
of the Times, 20 de junio de 1895.
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado
lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste,
seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”.
1 Juan
3:2
. La herencia del pueblo de Dios se discierne por medio de la fe
en la Palabra de Dios. “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.
Juan
17:3
.
Mediante la fe los hijos de Dios obtienen un conocimiento de
Cristo y acarician la esperanza de su aparición para juzgar al mundo
con justicia, hasta que llega a ser una gloriosa expectación; porque
entonces le verán tal como El es, y serán hechos semejantes a El, y
estarán siempre con el Señor. Los santos que duermen en sus tumbas
serán entonces resucitados para recibir una gloriosa inmortalidad.
Cuando llegue el día de la liberación, “entonces os volveréis, y
discerniréis la diferencia... entre el que sirve a Dios y el que no le
sirve”. Cuando Cristo venga, será para ser admirado por todos los
que creyeron, y los reinos de este mundo han de ser los reinos de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Los que están esperando la manifestación de Cristo en las nubes
del cielo con poder y gran gloria, como Rey de reyes y Señor de
señores, mediante su vida y carácter procurarán representarlo ante
el mundo. “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a
sí mismo, así como él es puro”.
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1 Juan 3:3
. Aborrecerán el pecado y la iniquidad, así como Cristo
aborreció el pecado. Guardarán los mandamientos de Dios, como
Cristo guardó los mandamientos de su Padre. Comprenderán que no
es suficiente asentir a las doctrinas de la verdad, sino que la verdad
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