Página 83 - Fe y Obras (1984)

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Como apropiarse de la justicia de Cristo
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Espíritu de Cristo, no son capaces de discernir la preciosidad de su
justicia, sino que procuran establecer su propia justicia.
El mundo busca las cosas del mundo: negocios, honor munda-
nal, ostentación, gratificación egoísta. Cristo trata de romper este
hechizo que mantiene a los hombres alejados de El. Trata de llamar
la atención de los hombres al mundo venidero, que Satanás se las ha
ingeniado para eclipsar con su propia sombra. Cristo pone el mundo
eterno al alcance de la vista de los hombres, presenta sus atractivos
delante de ellos, les dice que ha de preparar mansiones para ellos,
y que vendrá otra vez y los tomará a sí mismo. Es el propósito de
Satanás llenar de tal manera la mente con amor desordenado por
las cosas sensuales que el amor de Dios y el anhelo del cielo sean
expulsados del corazón...
Llamados a ser mayordomos fieles
Dios llama a quienes ha confiado sus bienes a desempeñarse
como mayordomos fieles. El Señor desearía que todas las cosas de
interés temporal ocupasen un lugar secundario en nuestro corazón
y nuestros pensamientos; pero Satanás quiere que los asuntos te-
rrenales tomen el primer lugar en nuestras vidas. El Señor quisiera
que aprobáramos las cosas que son excelentes. El nos muestra el
conflicto en el cual tenemos que participar, revela el carácter y el
plan de la redención. Expone delante de ustedes los peligros que
enfrentarán, el renunciamiento que se requerirá, y los insta a medir
el costo, asegurándoles que si se comprometen celosamente en el
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conflicto, el poder divino se combinará con el esfuerzo humano.
La lucha del cristiano no es una lucha contra carne y sangre, sino
contra principados, contra potestades, contra huestes espirituales
de maldad en las regiones celestes. El cristiano tiene que lidiar
con fuerzas sobrenaturales, pero no es dejado solo para enfrentar el
conflicto. El Salvador es el capitán de su salvación, y con El puede
el hombre ser más que vencedor.
El Redentor del mundo no quiere que el hombre ignore los
ardides de Satanás. La vasta confederación del mal está alineada en
contra de los que podrían vencer; pero Cristo quiere que dirijamos
la mirada hacia las cosas que no se ven, a los ejércitos del cielo
que acampan alrededor de los que aman a Dios, para librarlos. Los