Página 99 - Fe y Obras (1984)

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Consejo a un destacado ministro acerca de la
presentación de la relación entre la fe y las obras
Parte de una carta dirigida a A. T. Jones el 9 de abril de 1893,
archivada como Carta 44, 1893. Publicada en Mensajes Selectos
1:442-445.
Estaba asistiendo a una reunión, y se hallaba presente una gran
congregación. En mi sueño, Ud. disertaba sobre el tema de la fe y
la justicia imputada de Cristo por la fe. Ud. repitió varias veces que
las obras no significan nada, que no hay condiciones. El asunto fue
presentado de tal forma que me di cuenta de que las mentes serían
confundidas y no recibirían la impresión correcta en cuanto a la fe
y las obras, y decidí escribirle. Ud. presentó este asunto demasiado
fuertemente. Hay condiciones para que recibamos la justificación,
la santificación y la justicia de Cristo. Sé lo que Ud. quiere decir,
pero Ud. deja una impresión equivocada en muchas mentes. Si bien
es cierto que las buenas obras no salvarán ni a una sola alma, sin
embargo es imposible que una sola alma sea salvada sin buenas
obras. Dios nos salva bajo la condición de que pidamos si queremos
recibir, busquemos si queremos encontrar y llamemos si queremos
que se nos abra la puerta.
Cristo se ofrece a sí mismo como dispuesto a salvar eternamente
a todo aquel que acuda a El. Invita a todos a que se acerquen a El. “Al
que a mí viene, no le echo fuera”.
Juan 6:37
. Ud. enfoca estos temas
como yo lo hago, y sin embargo, por causa de sus expresiones, hace
que estos temas resulten confusos para las mentes. Y después de que
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Ud. se ha expresado radicalmente en cuanto a las obras, cuando se
le hacen preguntas acerca de este mismo tema, en su propia mente
el tema no está muy claramente definido, por lo cual Ud. no puede
definirles los principios correctos a otras mentes. Y Ud. mismo es
incapaz de hacer que sus declaraciones armonicen con sus propios
principios y su fe.
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