Página 98 - Fe y Obras (1984)

Basic HTML Version

94
Fe y Obras
mismos en busca de justicia por medio de la cual hallar aceptación
ante Dios, miramos en la dirección equivocada, “por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”.
Romanos 3:23
.
Debemos mirar a Jesús; porque “nosotros todos, mirando a cara des-
cubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados
de gloria en gloria en la misma imagen”
[113]
2 Corintios 3:18
. Ustedes han de hallar su plenitud contemplando al
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Al comparecer delante de la quebrantada ley de Dios, el pecador
no puede purificarse a sí mismo; pero, creyendo en Cristo, es el
objeto de su amor infinito y es revestido con su inmaculada justicia.
En favor de los que creen en Cristo, Jesús oró: “Santifícalos en tu
verdad; tu palabra es verdad... para que todos sean uno; como tú,
oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros;
para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste,
yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno”.
Juan 17:17-22
. “Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo
te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Y les he
dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor
con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos”.
Vers. 25, 26
.
¿Quién puede comprender la naturaleza de esa justicia que res-
taura al pecador creyente, presentándolo ante Dios sin mancha ni
arruga ni cosa semejante? Tenemos de Dios la palabra empeñada de
que Cristo nos ha sido hecho justificación, santificación y redención.
Dios nos conceda que podamos confiar en su palabra con confianza
implícita, y disfrutemos su más rica bendición. “Pues el Padre mis-
mo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que
yo salí de Dios”.
Juan 16:27
.
[114]