Página 18 - Los Hechos de los Ap

Basic HTML Version

Capítulo 2—La preparación de los doce
Para continuar su obra, Cristo no escogió la erudición o la elo-
cuencia del Sanedrín judío o el poder de Roma. Pasando por alto a
los maestros judíos que se consideraban justos, el Artífice Maestro
escogió a hombres humildes y sin letras para proclamar las verda-
des que habían de llevarse al mundo. A esos hombres se propuso
prepararlos y educarlos como directores de su iglesia. Ellos a su
vez habían de educar a otros, y enviarlos con el mensaje evangélico.
Para que pudieran tener éxito en su trabajo, iban a ser dotados con el
poder del Espíritu Santo. El Evangelio no había de ser proclamado
por el poder ni la sabiduría de los hombres, sino por el poder de
Dios.
Durante tres años y medio, los discípulos estuvieron bajo la
instrucción del mayor Maestro que el mundo conoció alguna vez.
Mediante el trato y la asociación personales, Cristo los preparó para
su servicio. Día tras día caminaban y hablaban con él, oían sus pala-
bras de aliento a los cansados y cargados, y veían la manifestación
de su poder en favor de los enfermos y afligidos. Algunas veces les
enseñaba, sentado entre ellos en la ladera de la montaña; algunas
veces junto a la mar, o andando por el camino, les revelaba los mis-
terios del reino de Dios. Dondequiera hubiese corazones abiertos a
la recepción del mensaje divino, exponía las verdades del camino
de la salvación. No ordenaba a los discípulos que hiciesen esto o
aquello, sino que decía:
“Seguidme.”
En sus viajes por el campo
y las ciudades, los llevaba consigo, para que pudiesen ver cómo
enseñaba a la gente. Viajaban con él de lugar en lugar. Compartían
sus frugales comidas, y como él, algunas veces tenían hambre y a
menudo estaban cansados. En las calles atestadas, en la ribera del
[16]
lago, en el desierto solitario, estaban con él. Le veían en cada fase
de la vida.
Al ordenar a los doce, se dió el primer paso en la organización de
la iglesia que después de la partida de Cristo habría de continuar su
obra en la tierra. Respecto a esta ordenación, el relato dice: “Y subió
14